Llegaba el fin de feria, y por tanto el día del patrón en Aragón, y con ello un clima que si no hubiésemos hecho caso al calendario podríamos haber pensado que nos encontrábamos en el mes de febrero sin ninguna duda. Volviendo al contenido taurino, se vivió una tarde en la que la corrida de Ana Romero tuvo un toro, el cuarto “Marinero” al que supo entender El Cid, y extraer la que fue la mejor y única posible faena, en una corrida que desarrolló complicaciones y salió un sexto manso de banderillas negras.

Aplaudido de salida fue este primero de Ana Romero, que echó los pies por delante en el capote de El Cid, llevándolo con habilidad a los medios. Tras pasar dos veces por el caballo y recibir dos buenos puyazos, quitó por delantales Borja Jiménez que fue arrollado de una manera muy fea (aparentemente sin consecuencias). Conforme fue avanzando la lidia, el toro desarrolló sentido, y eso se pudo reflejar en la muleta. Una serie limpia por derechazos le dejó dar a Manuel Jesús, que anduvo muy por encima de un animal violento que siempre estuvo pendiente por coger al diestro. Además, cada vez se quedó con embestidas más cortas girando sobre las manos y calamocheando, imposibilitando la lucidez en la labor del de Salteras. No se lo puso fácil con los aceros y pinchó en varias ocasiones. El puntillero tampoco estuvo acertado y levantó al toro en varias ocasiones. División de opiniones para el toro en el arrastre, y silencio para El Cid.

Salió el remiendo de Núñez del Cuvillo y fue protestado por el público por su basta presentación. Con una larga de rodillas y estirándose a la verónica recibió Borja Jiménez con el capote a este segundo al que llevó por chicuelinas al caballo en el primer puyazo, donde el de Cuvillo no se empleó y mostró ya su flaqueza. Realizó un buen y lucido quite desde los medios Clemente, y replicó Borja por chicuelinas antes de que el toro perdiera las manos. Brindó al respetable, y se fue al tercio para comenzar una faena en la que todo fue entrega por parte de Borja con un animal que nunca tuvo fuerza y se echó en varias ocasiones a lo largo de la faena. Aun así, el de Espartinas pudo dejar algún derechazo templado y lucido ante una labor en la que el sevillano no se dejó nada en el tintero con un oponente que cada vez pasaba menos, y nunca tuvo raza. La faena contó con un aficionado en el tendido, que quiso tomar el protagonismo de la tarde voceando y enfrentando a los tendidos durante toda la faena. Mató al segundo intento, y el toro fue pitado en el arrastre. Silencio para Borja Jiménez tras aviso.

Volvió el hierro de Ana Romero, y rápidamente se estiró a la verónica Clemente, que con habilidad lo meció en el percal. No peleó el toro en sus dos pasos por el jaco. Saludó con los palos Tomás Úbeda tras un gran par, y brindó al público maño el diestro francés. Se sacó con habilidad el burel a los medios y rápidamente Clemente se dio cuenta que el pitón bueno del toro era el izquierdo, fue por este lado por el que le corrió bien la mano, llegando naturales templados y los momentos más vibrantes de una faena en la que sonó la música por primera vez en la tarde. Por el derecho se quedó más corto y además siempre fue más protestón y deslucido. Mató de una estocada que precisó de un golpe de cruceta, y dio la vuelta al ruedo.

Zaragoza 23-04-2024 Toros de Ana Romero © Philippe Gil Mir

Por verónicas con la pierna semiflexionada paró El Cid al cuarto de la tarde llevándolo hasta los medios. No empujó en el caballo, pero recibió dos buenos puyazos. Brindó el toro a uno de los alguacilillos de la plaza, y se fue los medios para torear al natural y correrle la mano baja al cárdeno de Ana Romero. Por este pitón el toro tuvo una clase extraordinaria, y además fue a más en sus embestidas. Por ello Manuel basó la mayor parte del trasteo al natural con series de mano baja, muy largas y templadas. Por el derecho pudo dibujar también algunas series, pero por aquí el cárdeno siempre se quedó más corto en el embroque. Faena completa de El Cid que finiquito con una estocada desprendida que fue suficiente para que doblara y le redujo el premio a una oreja. Fuerte ovación también para el toro en el arrastre al que se le pidió una vuelta al ruedo que no fue concebida. Hubo bronca para el presidente por no concederla.

A la verónica saludó Borja Jiménez al quinto de la tarde antes de que pasase dos veces por el caballo sin querer mucha pelea. Se puso a torear Borja por el derecho a un toro que siempre se quedó corto en sus embestidas y lo hizo con la cara a media altura. No consiguió nunca llegar al final de los muletazos el burel, lo que hizo que la faena no tomase vuelo. Lo intentó Borja por ambos pitones perdiéndole y ganándole siempre pasos con el fin de que rompiese el toro. Finalmente, lo despenó de una estocada al segundo intento. Ovación con saludos. Muy parado salió el toro de la jotica, que no se entregó en el capote de Clemente. Manseó en toro en el caballo que no quiso pelea nunca, y como el animal no se entregaba, pues fue «Puchano» a por él y logró señalarlo que no picarlo porque no se dejó. Debió ser el toro condenado a banderillas negras, pero no fue concedido por el palco. Fue ovacionado el picador por parte del público. Meritoria labor la de los de plata que consiguieron dejar los palos con un Juan José Domínguez que se impuso al toro. Fue este de Ana Romero un manso que sobrepasaba los 600 Kg, y llevaba toda la fuerza dentro. Fue imposible hilvanar una faena ante un toro parado que nunca quiso pasar y cuando lo hizo fue con la cara alta dando derrotes. Se puso muy complicado para matar con la cara alta y siempre taponando la salida. No pudo enterrar la tizona Clemente y sonaron los tres avisos. El público maño reconoció el esfuerzo del francés y siempre lo arropó en los intentos de matarlo. Bronca al palco

La Reseña

Plaza de toros de Zaragoza «La Misericordia» || Última de la Feria de San Jorge.

Entrada: Un tercio de entrada.

Toros de Ana Romero y Núñez del Cuvillo (2º), bien presentados, aunque desiguales de hechura y de juego. El peor presentado, el blando remiendo de Núñez del Cuvillo. Entre los de Ana Romero, destacó el gran cuarto por el que se le llegó a pedir la vuelta al ruedo.

• EL CID, silencio tras aviso y oreja con dos vueltas al ruedo

 BORJA JIMÉNEZ, silencio tras aviso y ovación

 CLEMENTE, vuelta al ruedo tras petición y ovación tras tres avisos

Incidencias: Tras el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria de Jorge Garcia Mora, aficionado Zaragozano y propietario del restaurante y bar El Marpy, recientemente fallecido y seguido sonaron los acordes del himno nacional. 

Tomás Ubeda y Juan José Domínguez saludaron montera en mano tras parear al tercero e hizo lo propio Juan José Domínguez con el sexto.

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