Fotógrafo: Philippe Gil Mir

El mozo de espadas es quien asiste al matador en todo momento, desde vestirle hasta organizar todos los elementos necesarios para cada viaje, como asistirle durante el desarrollo de la corrida de toros desde el callejón facilitando todas las cosas que necesite.

Antes del comienzo del festejo, el mozo de espadas en la soledad de la habitación del torero, se encarga de vestirlo.

Primero le coloca los pantys que le llegan hasta más arriba de la cintura, las medias de seda rosas por encima de las rodillas y bien sujetas.

Con un calzador el torero mete las piernas, muchas veces el mozo tiene que levantarlo cogiendo la taleguilla por la cintura, para que quede bien ajustada.

Después se coloca la montera para que le pueda colocar el añadido justo debajo. A continuación, toca ajustar la taleguilla con unos cordoncillos acabados en dos borlas que son los machos, que se ponen justo debajo de la rodilla y se procede a abrochar con los botones.

La labor de abrochar se hace con un gancho especial porque es imposible hacerlo a mano. Luego se ponen la camisa blanca, los tirantes de cuero, el corbatín y la faja. De calzado llevan unas zapatillas negras con lazo que se denominan “toreras”.

Luego se colocan el chaleco, generalmente del mismo color y bordado la mayoría de las veces que el resto del vestido.

Finalmente se colocan la chaquetilla, que es completamente rígida, abierta en las axilas para facilitar los movimientos, lleva dos hombreras muy sobrecargadas de bordado de las que cuelgan delante y detrás de cada una los correspondientes machos.

Junto con ellos doblado encima del brazo llevan el capote de paseo con el que trenzarán el paseíllo.

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