

Fernando Adrián puso la sal a una tarde sosa en Madrid que se vio condicionada por la falta de fuerzas de toda la corrida. El de Torres de la Alameda sorteó el mejor lote de la corrida y lo entendió dejando una buena faena en su primer toro, y logrando cortar una peluda en cada animal de su lote, que le abrió la puerta grande de las Ventas por tercera vez consecutiva en su carrera.
Salió suelto el primero de Garcigrande pero al final se empleó en el capote de Sebastián Castella que lo veroniqueó con suavidad hechándose de rodillas al final. Se le cuidó al animal en los dos puyazos que recibió , y Fernando Adrián quitó desde los medios por tafalleras que cerró con una bonita larga. Replicó por el mismo palo intercalando con chicuelinas Castella. Brindó a la infanta Doña Elena presente en el palco Real, y comenzó la faena sacándose al toro a los medios dos series por el derecho y una por el pitón zurdo. Tuvo nobleza el animal salmantino que se fue apagando poco a poco y le faltó motor. El final de faena fue en las cercanías dejándose los pitones sobre la taleguilla y enrroscándose al buen toro de Garcigrande que siempre quiso más que pudo. Finiquitó la faena con un desplante. Y mató al tercer intento, pues el toro ya estaba parado y no ayudó a que Castella enterrara la tizona con habilidad. Sonó un aviso y el toro fue arrastrado entre palmas. Ovación con saludos también para Castella.
Con varios faroles de rodillas desde el tercio saludó Fernando Adrián al segundo de la tarde antes de que pasase dos veces por el jaco para únicamente ser señalado. Como su compañero de terna, brindó también a la infanta Elena, y comenzó por estatuarios cambiándose al toro por la espalda con los pies juntos. Continuó con series por ambos pitines con mucho poder bajándole la mano. Entendió Adrián al toro que andaba justito de fuerzas y se fue apagando conforme avanzaba la faena. Fue entonces cuando Fernando se arrimó enrroscándose al toro en la taleguilla cambiándoselo por la espalda contínuamente y aguantando las ásperas embestidas del burel con mucha firmeza. Mató de una gran estocada que le sirvió para cortar la primera oreja de la tarde. Leves palmas para el toro en el arrastre.
No se empleó el remiendo de El Pilar de salida en el capote de Castella, que ya mostró que de fuerzas no andaba sobrado. Se quedó dormido en el primer encuentro con el caballo, y el picador levantó el castigo. En el segundo puyazo quiso emujar el toro con el pitón izquierdo. Saludó montera en mano José Chacón tras dejar un gran par de banderillas. Comenzó sacándose al toro por bajos genuflexos a los medios y comenzó por derechazos pero el toro perdió las manos mostrando su acusada falta de fuerzas. Se cambió al pitón zurdo pero era más de lo mismo, pues los pases tenían que ser de uno en uno y sin apretarle. Cada vez le costaba más pasar al toro y cuando lo hacía era pegando tornillazos. Con acierto, se fue el francés a por la espada , y mató de un pinchazo y estocada que precisó de un golpe de verduguillo. Pitos al toro en el arrastre y silencio para Castella.
Por delantales paró Fernando Adrián al cuarto de la tarde de nuevo con el hierro de Garcigrande, al que remató con una media. En las dos veces que pasó por el jaco dejó evidente su falta de fuerzas. En el tercio de banderillas siguió flojeando el toro, y el público protestó después de que el presidente no se dignase a cambiar al toro. Tal y como se predecía el burel estuvo sin motor toda la faena , y Adrián estuvo con disposición arrancando dos series de derechazos y una de naturales en una faena que estuvo sonorizada por voces en el tendido al grito de: ¡Toro, Toro!. Estuvo dispuesto Fernando ante un imposible al que despachó de una buena estocada. Pitos al toro en el arrastre y bronca al presidente por aguantar a un inválido.
Flojeó ya de salida el quinto en el capote de Sebastián Castella, que no le dejó dar ni un lance con limpieza. Siguió perdiendo las manos en sus dos pasos por el jaco y el público protestó. Intentó faena Castella ante un toro que no podía y dejó algún pase suelto pero ninguno con remate por las escasas condiciones del toro. Contestó Castella a las intensas protestas del tendido siete pidiéndoles paciencia con un toro que nunca tuvo motor y fue imposible rematar una serie limpia. Mató y escuchó silencio.
Salió el último de la tarde y embistió recto en las verónicas que le recetó Fernando Adrián. Pasó por el caballo echando la cara alta y con pocas ganas de pelea en los dos encuentros que tuvo con el del castoreño. Espectacular estuvo Ángel Otero con los palos, que fue ovacionado. El inicio de rodillas desde los medios fue vibrante con cambiados por la espalda antes un toro que fue a más en su embestida. Puso en tono a los tendidos madrileños, y siguió Fernando en un trasteo por ambos pitones en el que exigió al toro y lo llevó largo. El de Garcigrande respondió, que fue un animal pronto y con alegría que nunca se cansó de embestir. El final de faena fue por bajos genuflexos que hicieron rugir a los tendidos venteños en lo que fue la única faena completa de la tarde. Mató de una gran estocada al segundo intento tras perder el toro las manos en el primer intento e irse baja la tizona. Se le concedió la oreja tras una petición mayoritaria. Ovación para el toro en el arrastre.
La Reseña
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid) || Corrida de la Beneficencia
Entrada: Lleno de «No Hay Billetes»
- SEBASTIÁN CASTELLA: Ovación con saludos tras aviso , silencio y silencio;
- FERNANDO ADRIÁN: Oreja, Silencio y Oreja;