La tradicional corrida de Miura cerró el ciclo ganadero de la Feria del Toro con una tarde donde primó la disposición de los espadas por encima del juego del encierro. La presentación de los toros sevillanos, sin ser mala, sí estuvo un punto por debajo del trapío y la imponente estampa que acostumbra esta casa ganadera en Pamplona.
Jesús Enrique Colombo fue el único en cruzar el umbral de la puerta grande gracias a su entrega en ambos turnos y, especialmente, a la estocada final al sexto, que rubricó la oreja que le abría camino al triunfo. Manuel Escribano tiró de recursos y oficio, luciendo especialmente en los tercios de banderillas, mientras que Damián Castaño debutó en esta plaza con entrega, aunque sin opciones claras por el lote que sorteó. Una tarde donde la afición premió la voluntad ante un encierro áspero, de embestidas rebrincadas y con escasa clase en líneas generales.
A la puerta de chiqueros se fue Manuel Escribano para recibir a portagayola al primero de la tarde. Continuó de rodillas en el tercio con una larga cambiada y saludó después a la verónica, en un saludo capotero en el que el toro humilló pero evidenció pocas fuerzas. Galleó por chicuelinas para ponerlo al caballo, donde se midió el castigo en dos entradas. Quitó Colombo por verónicas sin lucimiento por la condición del toro. Compartieron banderillas Escribano y Colombo en un tercio complicado por la condición del astado. Ya con la muleta, comenzó Escribano en los medios con cambiados por la espalda. El toro fue noble pero sin transmisión, y la faena no terminó de romper hasta una serie al natural por el pitón izquierdo, donde Escribano supo darle distancia y altura. Mató de una estocada trasera tras aviso. El toro, tras doblar, se volvió a levantar antes de ser apuntillado.
A portagayola se fue Damián Castaño para debutar en Pamplona, y tuvo que echarse cuerpo a tierra para no ser arrollado por el primero de Miura, que salió con pies. Quitó Colombo por navarras desde los medios tras un paso deslucido del toro por el caballo en dos entradas sin emplearse. En la muleta, el de Miura se mostró siempre muy agarrado al piso y con la cara alta, desluciendo cualquier intento de lucimiento. Castaño puso disposición y firmeza ante un toro que, a medida que avanzaba la faena, se quedaba más corto y parado. Mató de media estocada efectiva que hizo doblar al astado de inmediato. Ovación
Por delantales saludó Colombo al tercero de la tarde, al que remató soltando una mano en un vistoso recibo capotero. Tomó un buen puyazo de Gustavo Martos, en el que el toro se empleó con bravura. De nuevo Colombo y Escribano compartieron el tercio de banderillas con entrega. Brindó al público y comenzó faena desde los medios por derechazos a un toro que se arrancó con viveza, pero que al final de cada viaje echaba la cara arriba y la soltaba. La faena alcanzó su momento más templado en una serie al natural, dibujada con limpieza, pulso y naturalidad. El astado exigía toques medidos y nunca humilló con claridad, pero Colombo supo encontrarle el sitio. Remató la labor con dos molinetes y un pase de pecho que cerraron una faena de buen tono. Mató de una estocada algo desprendida y cortó una oreja.
De rodillas en la puerta de chiqueros saludó Manuel Escribano con una limpia portagayola al cuarto, el toro de la merienda, que embistió con muchos altibajos en el capote del sevillano, rebrincado y sin entregarse, saliendo suelto en cada lance. Peleó con algo más de fijeza en el primer encuentro con el caballo, mientras que en el segundo pasó sin mayor historia. Colombo y Escribano volvieron a compartir banderillas ante un toro que no les puso las cosas fáciles, esperando y midiendo cada embroque.
Con la mano apoyada en las tablas, Escribano inició la faena por altos antes de echarse la muleta a la diestra. En la primera serie por ese pitón, el toro mostró algo de movilidad, pero fue un espejismo: pronto se vino a menos, cada vez más parado y reservón. Por el izquierdo, el de Miura embistió sin celo y con mucha sosería, sin permitir lucimiento alguno. A pesar de la disposición del torero de Gerena, el animal amagó con rajarse en varias ocasiones. Escribano cerró por manoletinas antes de dejar media estocada al segundo intento, tras escuchar un aviso. Ovación.
A pies juntos, precedidos por dos largas cambiadas de rodillas, saludó Damián Castaño al quinto de la tarde. El toro metió la cara y empujó con fijeza en el primer encuentro con el caballo, algo menos en el segundo. Brindó la faena al campeón Miguel Induráin antes de comenzar la labor muleteril sacándose al toro a los medios. Por el pitón derecho trató de componer la figura e imprimir lucidez a una faena condicionada por la sosería y la falta de raza del miura, que constantemente perdía las manos y no terminaba los viajes.
Al natural, Castaño logró extraer algunos muletazos con gusto, sacando partido de las escasas virtudes del toro. Cerró su actuación con manoletinas de rodillas y un desplante en la cara que calentó a los tendidos. Mató de un pinchazo arriba que requirió el uso del descabello. Ovación.
Embistió del revés el sexto de la tarde en el capote de Jesús Enrique Colombo, saliendo suelto y sin llegar a humillarse ni a tomar el engaño con celo. Mantuvo esa condición en los dos encuentros con el caballo, donde manseó claramente. Desde los medios quitó Colombo por zapopinas, pero el toro continuó perdiendo la fijeza, desluciendo el intento.
De nuevo compartió tercio de banderillas con Escribano, destacando el último par al violín del venezolano, que encendió al público. Fue el preludio de una faena que comenzó por el pitón derecho ante un toro que siempre embistió a media altura y sin entrega. Faltó clase, pero Colombo mantuvo la firmeza y logró reconectar con los tendidos gracias a una serie final de molinetes de rodillas. Remató su actuación con una gran estocada que le puso la oreja en el esportón, con petición de la segunda.
LA RESEÑA
Plaza de toros de Pamplona (Navarra) || Décima y última de la Feria de San Fermín 2025
Entrada: Lleno de ‘No Hay Localidades’
Se lidiaron toros de Miura,
- Manuel Escribano (Lila y Oro) : Ovación tras aviso y Ovación tras aviso;
- Damián Castaño (Blanco y Plata) : Ovación y Ovación;
- Jesús Enrique Colombo (Tabaco y Oro) : Oreja y Oreja;