La voluntad por encima del toro en una tarde pasada por agua

La voluntad por encima del toro en una tarde pasada por agua

La tarde en Pamplona tuvo más agua que bravura. El cielo no dio tregua y los toros de Fuente Ymbro tampoco. Hubo movilidad, sí, pero muy poca entrega. Ni un solo toro terminó de romper y los tres espadas tuvieron que tirar de recursos, firmeza y oficio para desarrollar faenas con más voluntad que lucimiento. El público, a ratos más pendiente del paraguas que del ruedo, asistió a una función sin premio y con demasiadas teclas que tocar desde abajo. A punto estuvo Luque con el sexto de tocar pelo en una labor que se vio emborronada por el mal uso de la suerte suprema.

Salió desentendido el que abrió plaza, sin mostrar celo alguno en el capote de Miguel Ángel Perera. En varas, apenas dejó una pelea discreta, con un castigo muy medido y sin ponerlo en apuros. Perera tuvo que construir faena toreando siempre a media altura, buscando dominar la embestida de un toro que se movía, pero con tendencia constante a refugiarse en toriles. Nobleza no le faltó, y el extremeño supo aprovecharla trazando muletazos en línea curva. Brilló especialmente en un par de series al natural, justo antes de que el toro dijera basta. Lo finiquitó con un pinchazo hondo que precisó de un golpe de cruceta tras un aviso. Ovación tras aviso.

Se enceló de salida el segundo en el capote de Alejandro Talavante, aunque pronto dejó ver una leve cojera en las manos. Esa merma se agravó tras sus dos encuentros con el caballo. Llegó muy justo a la muleta, lastrado por la lesión en las manos delanteras, lo que condicionó una embestida defensiva y áspera. Talavante lo intentó, pero nunca encontró hueco para el lucimiento. Tras varios pinchazos, lo despachó con dos golpes de descabello. Silencio.

Arreció la lluvia y, mientras los tendidos buscaban refugio a contrarreloj, salió el tercero, que nunca se fijó en el capote de Daniel Luque. Pasó desentendido en sus dos encuentros con el caballo y complicó con los palos, quedándose corto ante los de plata. En la muleta, manseó sin disimulo: embestidas con la cara a media altura y más pendientes del tendido que de la franela. Luque puso todo —entrega, disposición y valor—, pero su esfuerzo no encontró eco en un público más atento al aguacero que a su labor. La estocada, eso sí, fue de auténtica ley. Ovación

Salió el cuarto buscando tablas desde el primer momento, sin querer saber nada del capote de Miguel Ángel Perera. Manseó en sus dos encuentros con el del castoreño, donde se le apretó sin obtener respuesta. En la muleta, siempre vino probando en los inicios de cada serie que el extremeño intentaba construir. Cuando embestía, lo hacía por dentro, poniendo en apuros a Perera. Aun así, decidió alargar en exceso una faena sin opciones. Lo despachó de una estocada baja al segundo intento. Silencio

Muy corto se quedó de salida el quinto en el capote de Alejandro Talavante, sin entregarse ni dar pie al lucimiento. Se dejó en los dos encuentros con el caballo, aunque ambos puyazos cayeron traseros y sin opción de rectificación. Ya en la muleta, mostró prontitud al cite, pero con una embestida pegajosa que le costaba rematar los viajes. Pese a ello, tuvo buen ritmo y clase. Lo mejor llegó en la segunda mitad de faena, al natural, donde Talavante templó y logró reducir la embestida del toro gaditano, provocando alboroto en los tendidos. Pinchó antes de dejar una estocada baja. Silencio.

Tampoco permitió el lucimiento el sexto de la tarde, que nunca quiso meter la cara en el capote de Daniel Luque. Manseó en su paso por el caballo, buscando siempre la salida cuando apenas tocaba el peto. Todo lo puso Luque, construyendo su labor desde la firmeza y llevando al toro cosido a la muleta, especialmente por el pitón derecho, donde le recetó varias series con autoridad. Pero el de Fuente Ymbro no atendió a la voluntad del de Gerena y acabó sacando su condición mansa, refugiándose en terrenos de tablas. En el epílogo —por luquesinas— hubo ajuste y hasta un susto, pues por poco es alcanzado. Lástima de la espada, que precisó de tres intentos y diluyó el premio de lo que pudo ser la faena de la tarde. Ovación

LA RESEÑA


Plaza de toros de Pamplona (Navarra) || Tercera de la Feria del Toro 2025

Entrada: Lleno de ‘No Hay Localidades’

Toros de Fuente Ymbro, muy serios pero deslucidos en su juego. Se salvó de la quema el quinto y el sexto al que le faltó un tranco más de motor.

  • Miguel Ángel Perera (gris perla y azabache) : Ovación tras aviso y Silencio;
  • Alejandro Talavante (morado y oro) : Silencio y Silencio;
  • Daniel Luque (buganvilla y oro) : Ovación y Ovación;