Finalizada la última corrida de la Aste Nagusia de Bilbao, el sábado 23 de agosto, el Club Cocherito celebró un coloquio en el que participaron Ricardo Gallardo, ganadero de Fuente Ymbro, cuyos toros fueron lidiados esa tarde; Gonzalo Gómez Guadalupe, torero y asesor artístico del palco de Vista Alegre; Jaime Frías, representante de la ganadería Ignacio Frías, de Ciudad Real, que asistió en su calidad de aficionado; Paco Aguado, periodista y escritor, y Francis Wolff, filósofo francés y también aficionado. Álvaro Suso, miembro de la Junta Directiva del Club, condujo el acto.
Como suele ocurrir en las plazas, la división de opiniones se hizo presente en el coloquio. Si hubo, no obstante, unanimidad de criterio con respecto a los toros, cuyo comportamiento manso fue asumido sin pretextos y de entrada, incluso, por el propio ganadero, a quien no gustó la corrida. Para Gonzalo Gómez Guadalupe, tan solo se libró el sobrero, que estuvo sensacional a pesar de ser el que menos decía en los corrales entre un conjunto de reses de gran presencia y bien rematados. Paco Aguado, más crítico, señaló que, en su conjunto, la corrida fue muy desigual y de hechuras muy descompensadas. Entre los toreros de la tarde, la actuación de Fernando Adrián, que cortó una oreja al sobrero, precisamente, sí fue del gusto de Ricardo Gallardo y, con otros matices, también de Gómez Guadalupe. Por el contrario, Paco Aguado se manifestó alejado de esta opinión y atribuyó al debutante en Vista Alegre un toreo acelerado. Toreó deprisa, dijo. La petición de oreja, y su concesión, llevaron a este periodista y escritor a considerar, por extensión, que se está perdiendo criterio entre la afición.
Paco Ureña y Fortes, que completaron la terna de la despedida de las Corridas Generales, tampoco obtuvieron una calificación positiva en el coloquio, más allá de las nulas posibilidades que ofrecieron los astados. Francis Wolff apreció en Ureña la pérdida de teatralidad y en Fortes, el empleo de gestos torpes.
Otra de las cuestiones que se abordaron en el coloquio fue el repunte que se ha producido en la asistencia de público a Vista Alegre, a pesar, según se señaló, de la falta de alicientes a consecuencia de una programación tardía y una comunicación escasa o inadecuada, generadoras de incertidumbre entre los aficionados.