LOS MEJORES DETALLES






























































La tarde tuvo un nombre propio: Emilio de Justo, quien rindió un homenaje mayúsculo a Francisco de Goya en el día de su nacimiento. El torero cacereño cuajó de principio a fin a sus dos oponentes, mientras que Daniel Luque dejó patente su dominio en ambas actuaciones. En contraste, Cayetano cargó con el peor lote del envío salmantino y no logró acoplarse.
Emilio de Justo marcó el compás desde el tercero. Lo recibió con verónicas de capote abierto y un remate con una media que elevó el tono de la tarde. Continuó por la misma línea al llevar al toro al caballo con chicuelinas al paso, antes de marcar un quite por delantales trazado con suavidad, acariciando la embestida del ejemplar de Montalvo. Tras brindar a Jesús Arruga, De Justo dibujó una faena templada ante un gran toro que mostró nobleza y bravura, creciendo en cada embestida bajo la muleta del extremeño. Las series por el pitón derecho, envueltas en suavidad y temple, hicieron rugir los tendidos de Cariñena. Por el zurdo, los naturales llegaron con la figura desmayada, siempre bajo el sino de la elegancia. Una estocada certera tumbó al bravo sin necesidad de puntilla. Dos orejas coronaron su triunfo, y el toro fue aplaudido en el arrastre.
Mientras resonaba la jotica, De Justo se estiró a la verónica intercalando una chicuelina en otro recibimiento magistral. Su faena destacó por el poder de su muleta, sometiendo al toro en el engaño y ligando series mayoritariamente por el diestro. Los pases de pecho, rematados hasta la hombrera contraria, arrancaron vítores de la grada maña. Otra estocada certera le valió una oreja más, mientras el toro recibió ligeros aplausos al ser arrastrado.
Daniel Luque saludó al segundo por verónicas, un Montalvo que pasó con la cabeza alta y protestando tras los vuelos del capote. «El Patilla» apretó en un único puyazo, pero Luque supo sobreponerse al mansedumbre del animal. Basó el trasteo mayoritariamente por el derecho, marcando cada viaje con precisión para evitar que el toro saliese suelto. Aunque el ejemplar solo embestía a media altura, el poder del sevillano relució en el trasteo. Una estocada y un golpe de verduguillo le dieron su primera oreja.
Cayetano no encontró su sitio. El primero lo saludó por probaturas sin acoplamiento, y el toro apenas se entregó en un puyazo. Rivera inició por bajo con la rodilla flexionada, pero el animal no completaba los viajes, quedándose corto y sin fijeza. Por el diestro, buscaba al torero al final del embroque, frustrando al dinástico. Una estocada atravesada le deparó silencio.
Con el quinto, Luque repitió recibimiento por verónicas, esta vez ante un toro que embistió mejor por el zurdo en los vuelos del capote. Tras un puyazo sin entrega en el caballo, el sevillano lo llevó a los medios y se enfrascó en un trasteo complicado: el burel no remataba los viajes. Luque le habló constantemente, imponiendo su mando para que la faena llegase a los tendidos. Otra estocada certera le concedió la segunda oreja.
El cuarto repitió embestidas en el saludo por verónicas, pero derribó al picador en el primer encuentro y apenas empujó en el segundo. Cayetano lo sacó a los medios intentando una faena imposible: el toro pasaba «calamocheando». Sin conexión, una estocada caída puso fin a su tarde entre silencios y leves pitos.
LA RESEÑA
Plaza de toros de Cariñena (Zaragoza) || Corrida Goyesca
Entrada: Plaza llena.
Toros de Montalvo, corrida bien presentada, destacó el bravo tercero que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre
- CAYETANO; Silencio y Silencio con leves pitos.
- DANIEL LUQUE; Oreja y Oreja;
- EMILIO DE JUSTO: Dos orejas y Dos orejas;
Incidencias: Antes de iniciar el paseíllo, actuaron en el ruedo una representación con texto en homenaje a Francisco de Goya.
Tras el paseíllo, en el día de la conmemoración de la primera Corrida Goyesca en la ciudad europea del vino, las autoridades entregaron un obsequio a la terna.
Saludo tras parear el tercero oponente Abraham Neiro «El Algabeño».