NO EXISTE MONEDA PARA COMPRAR EL TIEMPO

Fotógrafo: MIKAEL FORTES (Burladero Tv)

Cada cual sentirá como lo haga, pues no hay dos almas con la misma forma. Pero algo es cierto, y es que en todas esas manifestaciones que hacen sentir, existe una verdad común a todas ellas. Algo que probablemente no se pueda explicar con palabras, pero que el sentir reconoce siempre. Algo inabarcable, algo que es capaz de romper los relojes. Algo que no se puede comprar, ni siquiera con pañuelos.

Atacado de kilos y corto y abrochado de cuerna era el primero de los de Virgen María, al que Fernando Adrián recibió con faroles de rodillas, para luego erguirse por delantales y rematar con una media a pies juntos. Buen susto se llevó Marcos Prieto, quien por momentos se vio a merced del toro tras un desafortunado tropiezo. Tuvo que ser medido el castigo recetado en varas por la falta de fuerzas del burel. Intentó (sin mucho éxito por los enganchones) el quite por tafalleras Juan Leal. El toro fue tardo al cite en banderillas, y de vueltas más bien cortas, poco humillador además. Se celebró la ceremonia de confirmación de alternativa, y tras ello brindó Fernando Adrián al público. El comportamiento del astado fue plenamente defensivo, acentuando su dureza de manos y buscando más taleguilla que muleta. Medía mucho, no tuvo ni un pase. Trasteó por ambos pitones para justificar brevedades y puso una estocada casi entera caída que hizo muerte. Palmas al torero, pitos al toro en el arrastre.

De expresión menos seria por abrir las puntas, no muy desarrolladas y ni mucho menos íntegras, era el segundo de la tarde, negro de capa. Le mostró bien los caminos Juan Leal con el capote, donde humilló y repitió, saliendo algo suelto tras el ramillete de lances a pies juntos que se le recetó. Muy insulsa la pelea del toro en el peto, la cual orientó sobre los cuartos traseros del caballo. Acudía obediente y en buenas distancias al cite en el breve tercio de banderillas, el cual el presidente pasó con sólo dos entradas sin motivo aparente. Tendría prisa el hombre. Brindó al público Juan Leal, cuya cuadrilla le cerró al toro a lo largo del ovalado ruedo, para efectuar inicio de rodillas cambiando por la espalda. Se encontró el francés con un buen pitón izquierdo, al que se le podía exigir con creces, el cual aprovechó en buenos pasajes al natural. Cuando se echó la muleta a la diestra, la cosa se tornó más aburrida, puesto que la entrega era menor, a la par que el sometimiento de las manos lidiadoras. Tiró de recursos a partir de ahí Leal. Efectismo hubo, al público llegó. Pero poco que reseñar a partir de ahí, ya postrado de rodillas y lanceando por delante y por detrás. Mató bien en colocación, si mal hizo la suerte como suele. Le pidieron las dos, y generosamente le fueron concedidas.

De presencia correcta el negro que hizo tercero, más serio de cara y cuajado de carnes. Lo recibió con gustosas verónicas Solal, las cuales calaron en los tendidos. Como mero trámite se le trató en el caballo, pues poco carbón tenía para pelear. Sí que lo tuvo sin embargo en banderillas, donde pareó el matador, colocando tres pares limpios al sesgo, levantando a sus paisanos. A ellos brindó la muerte del astado. Muy escaso en empleo se mostró en la muleta, donde más allá de repetir poco más hizo, pues no remató muletazos desentendiéndose a mitad de viaje. Aprovechó sin embargo su pastueña bondad Solal, componiendo faena a pesar de todo sin rebajarse en concepto, intentando mandar largo y templado cada uno de los envites. Cerró por ceñidas luquecinas, jaleadas por el personal. Hizo bien la suerte de matar, pero cayó la espada un punto caída y sobre todo atravesada, lo cual hizo que tuviera que tirar de descabello. Tras un primer intento fallido, el animal se echó, y la petición de oreja fue atendida.

Equivocadamente salió con la divisa de la ganadería de los sobreros, Fernay (amarilla y negra) el cuarto ejemplar de Virgen María, astifino y serio de expresión, castaño oscuro. Salió suelto en los primeros compases de la lidia, correspondiente a Juan Leal. Dos picotazos dos se le recetaron, ni para un análisis de sangre dieron. Aunque tampoco tenía mucha el de los marfiles, un tanto reacio a la pelea. No humilló en los sesgos banderilleros, aunque al menos acudió ahora con mayor ánimo a los cites. Brindis al público. Descaradamente al hilo se colocó durante toda la faena el galo, a lo que vació en cada trazo sin mancharse siquiera la taleguilla. No buscó someter tampoco, y no tardó lo más mínimo en acortar distancias y entrar en el trance que acostumbra cuando ve oportunidad. Falso riesgo atesoró a la hora de torear, salvo en contados desplantes. Al menos mató bien, a pesar del brinco previo a la ejecución de la estocada. Incomprensible premio doble. Protestas en los tendidos.

Muy serio, cornalón, decimonónico de expresión era el quinto, negro de capa. Lanceó despacioso Fernando Adrián en el recibo capotero, a pies juntos, en el que el toro se iba largo entre lances, algo suelto por momentos. Corrigió al parecer tras el caballo a pesar de rehuir la pelea en ambos fugaces puyazos. Se le quedó corto en las vueltas a un resolutivo Solal, que quitó por tafalleras. En las banderillas anduvo limpia la cuadrilla del madrileño, más atento el toro ahora a engaños. Dedicó la faena a los tendidos. Comenzó de rodillas, cambiando por la espalda. Las embestidas del franciscano carecían de finales, siendo el fuelle su principal cruz. Silenciosa expectación del personal, cuando las distancias menos efecto surtieron, Fernando Adrián se echó en lo alto del toro para ponerlo todo, arrancando embestidas anclado al suelo, firme. Si faltó transmisión fue por la falta de casta de la res, muy parada. El punto álgido de la faena llegó cuando las distancias fueron más cortas, y cerrando con una buena tanda por bernadinas, muy ceñidas, colocó la espada arriba, surtiendo efecto veloz. Una oreja a la voluntad y otra a la estocada.

Poco duró en el ruedo el colorado sexto de Virgen María, tras doblarse una mano.

6º BIS, DERRIBADO, de FERNAY, Nº15, nacido en marzo de 2020, negro, con 530 kilos de peso.

En su lugar salió un sobrero de Fernay, horrible de hechuras y presencia, negro de capa, con una conformación de pitones más bien camarguesa, claramente manipulados los pitones. De vergüenza. Pasó sin pena ni gloria los primeros tercios de la lidia, sin llegar a definirse en capote ni en caballo. Se decidió Solal a colocar banderillas de nuevo, manufacturando pareos correctos salvo en su tercera entrada, en la que clavó un sólo palo, a lo que solicitó una nueva entrada. Se le permitió, y colocó un buen par sesgando desde los estribos hacia los medios. Muy cortas vueltas tenía el toro, buscando tras sus orejas a mitad de cada lance presa que le satisficiese. Estuvo macho Solal, soportando tempestades, apretado en su jurisdicción, trazando por la vía de la épica. Lo metió en la canasta, y detrás fue el público, que se entregó a sus sudores fríos. Mató de estocada arriba, un punto delantera, que surtió rápido efecto. El público se volcó con su paisano, pidiendo con insistencia las dos orejas, las que fueron finalmente otorgadas.

La Opinión de Pineda

La corrida de Virgen María fue muy dispar de presentación, escasa de fondo en líneas generales, corta de remate en los engaños y una obediencia generalmente pastueña, restando al primero, muy medidor y defensivo. El sobrero de Fernay, muy mal presentado, pidió el carnet de matador a Solal, que supo hacerle. Curioso cuanto menos que saliese el segundo sobrero en lugar del primero de los que estaba reseñado. Otra tarde más sin que salga un sólo toro íntegro de defensas por toriles.

La generosidad exacerbada del palco no fue menos hoy, orejas por doquier, dejando claro al menos para el aficionado cada vez más que lo numérico es lo de menos. Y si no, miren a Juan Leal, triunfador numérico de la Feria, que posiblemente haya sido de los que menos haya toreado si no el que menos, de todo el serial.

La tarde fue de Fernando Adrián y Solal. El confirmado lidió con un lote muy deslucido, muy agarrado al piso, pero se mostró resolutivo y voluntarioso en ambos. Solal fue la viva imagen del hambre, y no se dejó ni una palabra en casa, hallando así el calor de su gente.

Termina de esta manera la Feria de Pentecostés de Nimes. Ha sido un placer poder narrarles lo sucedido tarde tras tarde. Jóvenes como nosotros intentaremos luchar por mantener esto vivo a pesar de todo. Mientras el cuerpo aguante. Nos vemos pronto. Verso:

Igual que no existe cadena
Que ponga barrera al verbo,
Tampoco existe moneda
Que pueda comprar el tiempo.

La Reseña

Lunes de Pentecostés, 20 de mayo de 2024. Plaza de toros de Arenas de Nimes || Feria de Pentecostés

6 Toros 6, de Virgen María,

  • Juan Leal, de blanco y oro: dos orejas en ambos.
  • Fernando Adrián (que confirma alternativa), de azul marino y oro: palmas y dos orejas.
  • Solal, de azul marino y oro: oreja y dos orejas.

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