Sebastián Castella y José Andrés Marcillo, con tres y dos orejas respectivamente, han sido los triunfadores de la corrida celebrada esta tarde en Latacunga, y que ha tenido que ser suspendida a la muerte del séptimo toro a causa de un tremendo aguacero que ha dejado el ruedo impracticable.
Por ese motivo, Sebastián Zurita «Morenito de la Sierra» sólo pudo matar el toro de la alternativa, de nombre «Promesa», de la ganadería de Ortuño. Terciado de trapío pero encastado, embistió mucho a la muleta del toricantano, que pese a su inexperiencia alcanzó momentos lucidos sobre todo en redondo, logrando series de buen corte. Pese a un par de desarmes, Sebastián solventó con corrección el compromiso y entró a matar por derecho, dejando una estocada entera y caída y resultando volteado sin consecuencias. El fallo con el descabello le hizo cambiar una oreja por un aviso.
El primer trofeo del festejo lo cortó Sebastián Castella, padrino de la ceremonia, que anduvo templado y fácil frente a un toro manejable al que llevó bien empapado en la muleta en tandas de mucho mando. Técnicamente estuvo impecable el francés, del que no se tuvo en cuenta el pinchazo previo porque la estocada con la que mató al chorreao de Ortuño rozó la perfección.
Redondeó el triunfo frente a un toro muy bien hecho también de la divisa titular que tuvo bravura y profundidad. Lo toreó bien con el capote, en especial al ejecutar unas brionesas ligadas de muy buena factura. La media del quite también tuvo buen aire. Ya en el último tercio destacó por varias tandas con ambas manos arrastrando la muleta, muy obligadas, sobre todo en la primera parte de su labor, en la que hubo naturales de magnífico trazo a los que el toro respondió con gran entrega. Resulta que la faena fue demasiado larga y eso perjudicó la redondez final de la obra, con más enganchones de la cuenta y algún amontonamiento que otro en el segundo tramo de su labor. En cualquier caso, tras una estocada hasta la mano cortó dos orejas inapelables.
Con muy pocas opciones Borja Jiménez en su primero, sin maldad pero de embestida corta por su falta de raza, hizo un esfuerzo notable ante las acometidas bruscas del segundo de su lote, ya cuando empezaba a arreciar el viento y la lluvia. En circunstancias muy adversas, frente a un toro áspero y con la gente buscando el refugio de las zonas cubiertas, mostró un gran compromiso intentando pegarle pases a su oponente contra viento y marea, nunca mejor dicho. Dio una vuelta al ruedo.
El lote de la tarde se lo llevó José Andrés Marcillo, dos toros de Huagrahuasi que venían a completar los de la divisa titular y que dieron un juego magnífico. Su primero fue de una calidad excepcional. Templado, yendo a la voz, muy sensible a los toques, embistió por los dos pitones con un ritmo poco común, para soñar el toreo. A Marcillo, muy voluntarioso, le costó cogerle el aire, pero cuando lo consiguió logró una notable serie de naturales. Fue lo mejor de su desigual labor, además de una buena estocada. Tras un par de descabellos saludó desde el tercio.
Mejoró notablemente en su faena al séptimo, ya con la plaza convertida en una laguna mientras seguía lloviendo con fuerza. El ecuatoriano ligó series con ambas manos muy limpias, sin tiempos muertos, incluso con cierto buen aire, en una faena muy completa y culminada además de un volapié atacando con valor. El público le premió con las dos orejas de forma merecida, si bien ni él ni Castella quisieron salir a hombros, con la lluvia haciendo estragos.
La Reseña
Plaza de toros de Latacunga (Ecuador) || Segunda de la Feria Taurina 2025
Entrada:. Casi lleno.
Se lidiaron cinco toros de Ortuño, entre los que destacó por su bravura y profundidad el 5º; y dos de Huagrahuasi (4º y 7º), excelentes.
- Sebastián Castella, oreja y dos orejas.
- Borja Jiménez, palmas y vuelta al ruedo.
- José Andrés Marcillo, saludos y dos orejas.
- Morenito de la Sierra, que tomaba la alternativa, ovación en el único que mató.



