Zaragoza Taurina: Evolución de la Plaza de Toros de La Misericordia

Zaragoza Taurina: Evolución de la Plaza de Toros de La Misericordia

La Plaza de Toros de La Misericordia es uno de los símbolos más reconocibles de Zaragoza y una referencia esencial en la historia taurina maña y española. Inaugurada el 8 de octubre de 1764, la iniciativa partió de Ramón Pignatelli, quien destinó los beneficios de los festejos al Hospital y a la Casa de Misericordia, uniendo así la fiesta con una función social y benéfica. Aquella estructura inicial, levantada en apenas setenta días con madera y mampostería, fue el germen de un coso que acabaría convirtiéndose en el corazón taurino del Valle del Ebro.

Con el paso del tiempo, La Misericordia fue creciendo al compás de la propia ciudad. En el siglo XIX se sustituyó la madera por ladrillo y piedra, y entre 1916 y 1918 se acometió una profunda reforma que le otorgó su imagen actual, firmada por los arquitectos Miguel Ángel Navarro y Manuel Martínez de Ubago. El estilo neomudéjar, la ampliación del aforo y la construcción de porches y deambulatorios dotaron al edificio de una elegancia sobria que aún conserva. A finales del siglo XX se añadió la cubierta móvil, una innovación que permitió diversificar su uso sin renunciar a su esencia taurina.

Más de dos siglos después, la plaza sigue siendo mucho más que un escenario: es un símbolo cultural y sentimental de Zaragoza. En su ruedo se ha escrito buena parte de la historia del toreo, pero también se ha reflejado la evolución social de la ciudad. Cada tarde de toros ha consolidado a La Misericordia como lo que siempre fue: un templo de la tradición, la beneficencia y la identidad zaragozana.