Nuevo golpe David de Miranda con cuatro orejas, a hombros con Aguado y Marco Pérez

Nuevo golpe David de Miranda con cuatro orejas, a hombros con Aguado y Marco Pérez

Por: Emilio Trigo

En una agradable tarde en Pozoblanco, David de Miranda fue el gran triunfador al cortar cuatro orejas tras dos faenas muy completas y llenas de temple. Pablo Aguado dejó momentos de gran clase y pureza, aunque solo cortó dos orejas en su segundo por fallos con la espada en el primero. Marco Pérez, joven promesa, deslumbró con entrega y técnica, logrando tres orejas en total pese a tardar en matar. La plaza vivió una tarde de emoción y toreo de alto nivel. Todo ante una buena, armónica y noble corrida de Cayetano Muñoz con toros enclasado y muy obedientes.

En una tarde marcada por el calor y la humedad, David de Miranda fue el gran protagonista del arranque de la corrida en Pozoblanco. El onubense saludó al primero de su lote con un recibo templado, ahormando con solvencia la embestida del toro. Siguieron varios delantales de gran gusto que conectaron de inmediato con los tendidos.

Tras una única vara, se cambió el tercio y comenzó la faena de muleta, donde De Miranda fue construyendo poco a poco una labor de calado. Supo abrir los caminos a un toro de embestida algo dormida, pero noble y obediente. A base de pulso y poder, el torero de Trigueros impuso su mando en series ligadas y profundas, mostrando madurez y buen concepto del toreo. El astado, por su parte, respondió con buen fondo, lo que permitió redondear una faena de peso. Dos orejas como premio a una actuación sólida y medida.

Pablo Aguado recibió con templanza y la elegancia sevillana que le caracteriza al segundo toro de la tarde, un ejemplar que repitió el comportamiento del primero. Varios delantales y chicuelinas, que el torero intercaló con expresividad y medida, mostrando un dominio pausado y seguro. La vara, utilizada para cumplir con el tercio, fue medida y precisa, preparando el terreno para la lidia.

El toro, noble pero de escaso poder, presagió una faena basada más en la técnica. Aguado muleteó con un clasicismo impecable, acompañando cada pase al compás de la música de “Suspiros de España”, un himno a la elegancia y la pureza en el toreo. La labor estuvo marcada por la suelta natural de las muñecas y compostura por ambos pitones, dejando patente un concepto personal en el que la naturalidad y la torería se funden en un todo. Sin embargo, a pesar de la calidad mostrada en la faena, los pinchazos al momento de matar privaron a Aguado de la posibilidad de obtener trofeos, en una suerte final que resultó menos efectiva ante un toro con calidad, pero justo de transmisión. Ovación con saludos.

En un inicio marcado por un buen puñado de verónicas, Marco Pérez demostró garbosidad y dominio ante el tercero de la tarde, un ejemplar que destacó por su presencia -el de más volumen- hasta el ecuador del festejo. Desde el primer momento, el torero salmantino comenzó con la mano en el estribo, pasando al toro por ambos pitones con firmeza y precisión.

A partir de ahí, llevó al astado hacia afuera para embarcarlo adelante y conducirlo atrás en series bien construidas, mostrando un toreo intenso y a más, aprovechando la obediencia del toro que se dejó en la muleta. La faena fue creciendo en emoción y técnica, consolidando la labor de Pérez a más. El cierre fue especialmente brillante, con varios circulares invertidos y las clásicas lopecinas que añadieron un toque de estética y maestría al conjunto. Estocada, descabello, dos avisos al tardar en caer el toro y  oreja para el joven diestro.

El onubense David de Miranda protagonizó una actuación memorable en el Coso de Los Llanos, enfrentándose a un toro que presentó un inicio complicado pero que no frenó el despliegue del torero. Desde el primer momento, el cuarto toro intentó empujar hacia adentro en el recibo de capote, un contratiempo que no minó la confianza de David, quien desplegó una verónica llena de temple y elegancia.

Con un temperamento firme y un estilo impávido, David se mantuvo en los medios, pasando al toro por la espalda en varias ocasiones, con los tobillos hundidos en el albero. Este inicio impactante logró captar la atención y poner al público en sintonía con la importancia de la labor que estaba realizando. La faena mostró la amplitud y versatilidad de David de Miranda, quien en la primera mitad desplegó un toreo de ligazón y trazos largos, para luego acortar distancias y dominar al toro en la parte final, demostrando gran mando y control. El animal, aunque exigente y con momentos en los que no se metía completamente en el engaño, respondió a la pulsación y capacidad del torero. El cierre fue apoteósico, con manoletinas realizadas con la media muleta que resonaron como órdagos en el coso. La faena fue escalofriante, exhibiendo una capacidad titánica frente a un toro que, a pesar de tener «teclas», mostró obediencia al torero. El espadazo certero hasta la empuñadura selló una actuación redonda que mereció la concesión de dos orejas, premiando la entrega y el arte de David de Miranda en una tarde para el recuerdo con un total de cuatro orejas.

Impecable lidia del quinto toro, un burraco apretado y muy bien presentado que cayó en las manos del sevillano, quien desplegó un toreo lleno de pureza y sevillanía. Desde el inicio, el capote dulce del torero emocionó a los presentes, regalando verónicas sentidas y profundas, sello característico de Aguado. Iván García saludó después de colocar grandes pares de banderillas que encendieron el preludio de la faena.

El torero hispalense se enfrentó a un toro que, aunque noble, no humilló del todo, pero eso no impidió que su toreo fuese un compendio de belleza y armonía. Destacó especialmente un cambio de manos que se transformó en un circular hipnótico, logrando embelesar al público con su magistral interpretación. Fue una faena clásica y natural, un reflejo del toreo más puro y estilizado.
Un aviso antes de la estocada y dos orejas a la belleza del toreo.

El salmantino Marco Pérez protagonizó una faena memorable que encendió la plaza desde los primeros momentos. Saludó a su último con una larga cambiada y varias verónicas, acompañadas por una jota que el público no dudó en jaleare con entusiasmo.
Tras brindar al respetable, comenzó la faena en los medios, demostrando mando y determinación ante un toro con movilidad que exigía temple y control. En el último, el joven diestro tiró de raza y se apretó con un oponente que mostró chispa en los primeros compases, pero que terminó sucumbiendo ante el poderío de Marco.

Los naturales largos, cargados de profundidad, y un toreo fundamental cosido en la pañosa, ligando cada muletazo con precisión, fueron el sello de una actuación sólida y comprometida. El final, paseando sin estoque simulado y en un reducido espacio, provocó la explosión de la plaza en aplausos y ovaciones. Con un espadazo certero, dos avisos (uno antes de la suerte suprema) y la entrega total del torero, Marco Pérez cortó dos merecidas orejas.

LA RESEÑA


Plaza de toros de Pozoblanco (Córdoba) || Segunda de la Feria en honor a la Señora de las Mercedes 2025

Entrada: Más de media plaza en una tarde de bochorno

Se lidian toros de Cayetano Muñoz,

  • DAVID DE MIRANDA, Dos orejas y Dos orejas;
  • PABLO AGUADO, Ovación con saludos y Dos orejas tras aviso;
  • MARCO PÉREZ, Oreja y Dos orejas;