Tomás Rufo pierde con la espada los trofeos en la vigesimoprimera de San Isidro

Tomás Rufo pierde con la espada los trofeos en la vigesimoprimera de San Isidro

Por: Lucas Gutiérrez

Seis toros de El Parralejo, muy justitos de presencia, casi todos anovillados. Encierro por lo general mansito y flojo, se salvó el sexto que fue muy muletero. Miguel Ángel Perera y Fernando Adrián no dijeron gran cosa con sus lotes, el madrileño con más voluntad que cabeza, faltó mucho temple y poso. Tomas Rufo destacó con el noble cierra plaza, dio en el principio dos tandas de derechazos de mucho clasicismo, luego la faena cogió aires tremendistas y desarrolló en tandas vulgares, buscando el aplauso fácil. El pinchazo se llevó la oreja.

1. Levítico. Grandote y feo el primero de la tarde, el cual pasó de forma muy sosa y sin emplearse por el capote de Miguel Ángel Perera, que no pudo lucirse. Apenas se pegó al toro en el tercio de varas.

Pese a la ligera brisa incómoda de Madrid Perera se saca al toro a los medios, ahí intenta lucirse con la diestra, nada tenía el toro, que pasaba sin ninguna transmisión y perdía las manos siempre que el extremeño le exigía algo. Por el izquierdo no mejoró la cosa y se fue a por la espada sin alargar mucho el asunto. Espadazo trasero. Silencio para Miguel Ángel Perera.

2. Actor. Serio de cara pero completamente anovillado de cuerpo el segundo de El Parralejo, que fue protestado. Le saludó Fernando Adrián con una larga cambiada de rodillas desde el tercio y un intento de verónicas que fue fallido ya que salió suelto el animal. Cumplió en varas el toro. Quite por chicuelinas y una media muy cadenciosa y templada de Tomás Rufo.

En la ralla del tercio comenzó Fernando Adrián, un pase por arriba, otro por la espalda y dos derechazos hilados a un cambio de mano. En el toreo fundamental y en redondo el animal tenía su pizca de nobleza y de ritmo aunque con una evidente falta de fuerza. Le faltó romper a la faena del madrileño que no hizo una mala obra, dejando algún derechazo de buena linde y un par de cambios de mano, final por arrimones con el animal pidiendo la muerte, de escasa emoción. Espadazo muy tendido pero efectivo. Ovación con saludos para Fernando Adrián.

3. Anhelomio. Bien presentado el tercero de la tarde, el cual pasó sin mucha gracia por el capote del talaverano Tomás Rufo. El de Él Parralejo fue un inválido que apenas se protestó, se dejó pegar en el caballo, perdió las manos un par de veces tras salir de los puyazos y otras dos más en banderillas, aún así se le mantuvo. 

Rufo se fajó mucho en el inicio muletero con su adversario, cinco o seis ayudados por alto pasando muy cerca al toro y dos pases de la firma. Tras los adornos iniciales llegó el momento de la verdad, donde quema la muleta, y para ser ciertos, ni toro ni torero, sosería a raudales del animal, que pasaba con una embestida muy noble y floja, el talaverano no se entendió con el animal ni con Madrid, y pegó unos sesenta pases con mucho enganchón y ventajismo, sin ese pellizco tan característico de Rufo y sobre todo, sin decir nada a los tendidos. Dos pinchazos y una media. Silencio para Tomás Rufo.

4. Bichino. 598 kg de toro, el de más cuerpo de la corrida pero con poca seriedad de cara. No se estiró Miguel Ángel Perera con el capote. Apenas se picó al toro que tampoco se empleó.

El toro y la faena que se le hizo estuvieron en la nota media de la tarde, todo muy soso, sin sustancia ni pellizco. Perera necesita un adversario encastado y con picante para explotar sus tantas facetas buenas pero este, ni mucho menos lo era, siempre cabeceaba y no se le podía bajar la mano ya que perdía las patas, alargó de más la faena dando tandas largas e insípidas. Espadazo trasero, tendido y caído. Silencio para Miguel Ángel Perera.

5. Juguete. Bien de cara el quinto de la tarde pero muy protestón en el saludo por verónicas que hizo Fernando Adrián, en donde perdió dos veces las patas. Un horror de tercio de varas el vivido en el quinto, eterno y todo en contra para el toro, como cómplices Fernando Adrián, el picador José Adrián Majada y el tanque que hace como caballo de Equigarce. Se abroncó al pica.

Tras brindar a Madrid se pone de rodillas Fernando Adrián, dos por la espalda y uno de pecho. Faltó muchísimo ajuste y temple en las dos primeras tandas por la diestra del madrileño ante un animal con transmisión pero poco noble. Al natural tampoco cuajó la cosa y visto el poco fuelle que le quedaba al de El Parralejo, que mereció más, Fernando se dio un par de tandas en las cercanías del animal, por ambas manos y sin mucho calado en los tendidos. Bajonazo. Silencio tras aviso para Fernando Adrián.

6. Gestor . Otro toro de El Parralejo con cara muy seria pero de cuerpo anovillado, también muy justo de fuerzas. «Espartaco», el picador, fue, seguramente, de lo peor que ha pasado en la feria, dos veces marró el picotazo y otras dos cuando intentaba recomponerse con el toro ya en el jaco. Se fue a galope por la puerta del cinco para evitar cualquier bronca del siete. 

De rodillas en el tercio comenzó Tomás Rufo, dos derechazos y el animal se entretuvo con una banderilla viniéndose por dentro, se levantó y volvió a ponerse de rodillas para perder la muleta en el primer pase. De nuevo se rearmó y volvió a la cara del toro, está vez de pie, quieto como una vela y con mucho clasicismo, este es el Tomás que quiere ver Madrid, tres tandas de ese palo por la derecha, muy cantadas por los tendidos, hubieron muletazos muy buenos, de muleta baja. La faena cogió unos aires tremendistas muy exagerados, gracias a qué media Talavera estaba en la plaza, aún así hubieron pases de mucha torería y empaque por ambos pitones, pero faltó redondear las tandas. El toro de nota, le supo entender muy bien el talaverano. Pinchazo y estocada. Petición que con muy buen criterio aguanta el presidente. Ovación con saludos para Tomás Rufo y ovación en el arrastre.

LA RESEÑA


Plaza de toros de Las Ventas (Madrid) || Vigésimo primera de la Feria San Isidro.

Entrada: Lleno de ‘No Hay Localidades’

Toros de El Parralejo,

  • Miguel Ángel Perera, Silencio y Silencio;
  • Fernando Adrián, Ovación con saludos y Silencio tras aviso;
  • Tomás Rufo, Silencio y Ovación con saludos;
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