Por: Alberto Núñez
La tarde en Cuenca empezaba marcada por las bajas de Morante y Roca Rey, y lo cierto es que nadie se acordó de los maestros, durante el desarrollo de la tercera de abono de San Julián. De hecho la plaza registró una grandísima entrada, casi lleno y pobre de aquel que devolviera las entradas por las bajas del cigarrero y el peruano, que fueron bien sustituidos por Maximino con Daniel Luque y Pablo Aguado, no era nada fácil suplir a las dos máximas figuras del toreo actual. Y es que la tarde queda marcada para la historia con el indulto de “Batidero” número 5 de Román Sorando. Un toro precioso en hechuras y que siempre fue a más, ¿un toro de vacas?, por supuesto que si, por clase, por ritmo, por ir a más, por transmision, por duración, pero… al que no se le picó nada. Entonces ahí está el gran dilema, y lo peor es que ya nos estamos acostumbrado a pasar de puntillas en el tercio de varas, ¿Oye y si probamos a sustituir 85 muletazos, por dar la mitad y damos más importancia a la suerte de varas? Principalmente porque una de las virtudes de este gran “ Batidero” era que sea venia de largo con alegría. Fernando Adrián lo aprovechó de cabo a rabo, una faena larga, con intensidad, con máxima entrega del torero madrileño, que lo toreo a placer por ambos pitones, especialmente bien al natural, lo toreo de rodillas al menos en tres fases distintas de la faena. Lo toreó con gusto por genuflexos, le instrumentó pases cambiados por la espalda llevándole a toriles. Faena vibrante e histórica de Fernando Adrián, que mantiene su idilio con Cuenca. Gritos de ¡torero, torero! Ya había paseado las dos orejas del segundo de la tarde, una faena muy del sello de Adrian, cambiados, toreo en rodillas, mucha entrega y también buen toreo fundamental, ni si quiera importó que se le fuera la espada baja, Fernando Adrián es un torero que conecta mucho con los tendidos y eso también es una gran virtud.
La faena que se recordará durante mucho tiempo en el coso conquense, llegó en el sexto, un toro que no le sobraban las fuerzas, pero que Pablo Aguado, demostró porque es uno de los toreros de la temporada y de los más deseados cuando su nombre aparece en escena. Una faena bellísima, con unos naturales excelsos, otra tanda a pies juntos, la estampa era para enmarcar y ponerla encima de la tele, como se decía antes. Un trincherazo se cantó el ole por fascículos, de lo largo que fue y lo templado. Que gustazo es ver al sevillano sobre un albero. Qué gusto, que empaque, que naturalidad, que sevillanía, y que final tan bonito y variado en suertes marca de la casa. La estocada puso el doble trofeo en mano de Pablo Aguado, quien ya en el tercero dejó detalles de su tauromaquia y buenos muletazos, a un toro que decía muy poco y que manseó.
Daniel Luque, que nadie se olvide el, dejó también una obra de gran calado en su segundo turno, de gran capacidad, de torero en sazón, enlazando muletazos en una baldosa sin moverse, enroscándose al toro a la cintura, cumbres fueron los pases de pecho y sobre todo de inteligencia, si el toro no quería nada al natural, pues toma luquesinas, que el público jaleo fuerte. La estocada fue de libro y Luque justo triunfador. Inédito quedó en el abreplaza, el único toro que no tenía un muletazo, el presidente debió sacar el pañuelo verde, ya que era un inválido que prácticamente no se tenía en pie. El único lunar de una corrida de Román Sorando, en la que todos los toros se prestaron al triunfo, y por supuesto destacando ese quinto toro, que esta vez sí, que cumplió con el famoso dicho y fue un grandioso toro, más allá del premio que cada uno hubiese otorgado. También es una alegría el éxito en la ganadería de Román Sorando.
Así que ya saben amigo o amiga, no devuelvan entradas cuando falten vuestros toreros, porque podéis estiraros del pelo, una tónica repetida en las últimas semanas con sendas sustituciones y Cuenca no se quedó atrás. La gente salió feliz, riendo, contando por teléfono lo que se habían perdido… la noche estaba perfecta para darse una vuelta por el casco viejo y festejar con unos zarajos y un resolí la gran tarde de toros vivida, de las que hacen afición.
LA RESEÑA
Plaza de toros de Cuenca (Castilla- La Mancha)|| Tercera de la Feria de San Julián 2025
Entrada: Casi plaza llena.
Se lidiaron toros de Román Sorando, de buen juego en su conjunto. El quinto, de nombre ‘Batidero’ nº5, fue indultado.
- DANIEL LUQUE, silencio y dos orejas;
- FERNANDO ADRIÁN, dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos;
- PABLO AGUADO, ovación y dos orejas;
Incidencias: Los banderilleros Marcos Prieto y Diego Valladar se desmonteraron tras parear al segundo.






