La clase de Manzanares y la voluntad de Olga ponen el cerrojo a San Julián

La clase de Manzanares y la voluntad de Olga ponen el cerrojo a San Julián

En los tendidos, aún resonaban los ecos del mal encierro que dejó la Ganadería de «El Pilar» la tarde anterior, y el respetable que ocupó los tendidos de la Plaza de Cuenca, auguraba con expectación el debut en esta plaza de la joven promesa femenina de la Tauromaquia. Era también esperada la vuelta a los ruedos del menor de los hermanos Rivera Ordóñez y la irrupción en el ruedo del torero alicantino, pero todas esas ilusiones y esperanzas, se dieron de bruces con la puerta de los toriles. Cuanto menos, deslucido y manso fue el conjunto de los cuatro toros del hierro titular de La Palmosilla, no así los dos Novillos de Algarra Polera que, aunque justos de clase y nobleza, tuvieron la movilidad necesaria para que la novillera madrileña pudiera expresar su concepto y su oficio. 

José María Manzanares se llevó el lote más potable de la tarde, destacando en ambos toros su actuación con su honda y profunda mano derecha, fue en el cuarto toro en el que lo pudimos ver más acoplado con la pañosa, poniendo toda la carne en el asador para dejar un trasteo con la pañosa más que justificado y meritorio. La firma, marca de la casa, estoqueando al burel en el hoyo de las agujas, le sirvió para pasear la única oreja de la tarde.

Sin opciones ni suerte en su lote pudimos ver a Cayetano en los dos ejemplares de La Palmosilla que le correspondieron en suerte. Animales con los que tuvo que abreviar y con los que no pudo lucirse, aunque dejó, como es natural, muestras de ese concepto del toreo tan característico que siempre realiza el diestro rondeño. Injustamente fue abucheado en los tendidos al abandonar el albero conquense. 

La voluntad y el hambre de triunfo la pudimos ver en la joven novillera Olga Casado, a la que le correspondieron en suerte dos utreros de Luis Algarra Polera de mayor movilidad que los cuatro toros del hierro gaditano. No se privó la joven diestra en mostrar al respetable una variedad de suertes con la seda, en ambos animales, que calaron en los tendidos y metieron al público en el canasto. Con la pañosa destacó su labor de oficio y lucimiento, aunque despegándose de la cara de los novillos y acostándose al final de los muletazos. Mostró su hambre raza y buena condición la madrileña en dos faenas que el tendido acogió benigno y clamoroso. La cuenta pendiente, desgraciadamente, la tuvimos que ver con la Tizona, con repetidos pinchazos en ambos animales en suerte. Quiera Dios que el tiempo y el buen oficio que está demostrando Olga Casado, pueda verse rubricado también en la suerte suprema. 

Y así se cerró, un año más, el abono conquense, y al caer la noche, en el silencio del albero, resonarán los ecos de otra feria que termina, y que poco a poco va dejando paso a otro nuevo sueño, el de volver a trazar el paseíllo en la feria del centenario que viviremos el próximo 2026.

TORO A TORO

Primer toro, «Tranquilo», número 52. 552 kg. Ganadería de la Palmosilla. De escasa presentación. En el capote, dejó detalles interesantes por el pitón derecho. Manseó en varas para pasar a una lidia ordenada en el segundo tercio por parte de Diego Vicente. Muy voluntarioso el diestro alicantino con un burel sin transmisión al que pudo sacar algunos muletazos de hondura con la mano derecha. Estocada trasera y perpendicular. Saludó una ovación tras petición no atendida por el palco.

Segundo toro, «Incitado», número 21. 518 kg. Ganadería de la Palmosilla. De mejor presentación que el que abrió plaza. Embistió brioso en el percal por ambos pitones. No sé empleó en el peto tras un puyazo trasero para pasar a un tercio de banderillas que fue un mero trámite, acostándose el toro en la lidia por ambos pitones. Acusó la poca fuerza y nula transmisión que tenía en un trasteo deslucido en el que el rondeño abrevió. Estocada trasera y desprendida tras pinchazo. Tras dos golpes de verduguillo se cerró el segundo capítulo de esta última tarde de San Julián. Silencio para Cayetano.

Tercer toro, «Hacendero», número 31. 412 kg, eral de la Ganadería de Luis Algarra. El novillo más igualado del lote con respecto a la corrida. Se lució Olga Casado en el saludo capotero llegando al tendido. Tampoco se empleó con los del castoreño, al que dejó crudo. Dejó un vistoso quite por tafalleras rematado con una revolera que dio paso a un tercio de garapullos simplemente anecdótico. Brindó al respetable para comenzar un trasteo en el que la novillera mostró su oficio y condición, aunque algo despegada, tirando de recursos ante un animal que mostró su nobleza y clase durante todo el trasteo, aunque poco a poco fue echando el freno de mano, lo que no impidió para que la faena calase en el tendido. Estocada desprendida tras dos pinchazos y un golpe de descabello para que doblara el utrero y pusiera fin al tercer capítulo del festejo. Olga Casado recogió una ovación tras sonar el aviso.

Cuarto toro, «Ahumado», número 75. 471 kg, de la Ganadería de la Palmosilla. De muy escasa presentación y cara. Mero trámite el saludo con la seda. Muy crudo quedó el toro tras un puyazo trasero. Entendió el toro Trujillo en la lidia para dar paso a un tercio de muleta en el que Manzanares lo puso todo, dejando muletazos de gran clase, destacándose por el pitón derecho, tirando del bicorne y templando la bronca embestida del de la divisa gaditana, en un trasteo más que meritorio. Estocada en el hoyo de las agujas y oreja en el cuarto toro de la última de feria.

Quinto toro, «Rumbito», número 71. 533 kg. De buenas hechuras, aunque pobre de cara. No se lució Rivera parando al quinto, así como anecdótico fue el tercio de varas. Manseó y dio muestras de su poca fuerza en el segundo tercio, algo que también manifestaría en la muleta. Brindó a Olga Casado para comenzar su faena al deslucido burel con el que Cayetano estuvo voluntarioso. Sin apenas transmisión y nulo calado en los tendidos, el de Ronda quiso hacer alarde de su toreo característico. Tras un pinchazo dejó una estocada desprendida para saludar una ovación discutida en los tendidos. Esta vez no se cumplió el refrán, en esta ocasión, hubo quinto malo.

Sexto toro, «Elegido», número 58. 388 kg. De la Ganadería de Luis Algarra. Bajó de presentación con respecto a su hermano. Dejó momentos de lucimiento Olga en el saludo con el capote. No sé empleó el que cerraba plaza tras un leve puyazo trasero. Llegó al respetable con un quite vistoso tras el cual se organizó la lidia en la que destacó el oficio de toda la cuadrilla. Devolvió el brindis al hijo de Paquirri para comenzar un trasteo de hinojos en los medios para levantar la reacción entusiasta del tendido. Entendió bien al último de la feria, mostrando el oficio aprendido, pero despegándose, de igual modo que con su primero. No se privó Olga Casado de dejar destellos de gran calidad, destacándose y gustándose con la mano derecha. Intentó estoquear al bicorne siendo revolcada en dos ocasiones. Estocada algo desprendida tras cuatro pinchazos y un golpe de verduguillo bastaron para que Olga Casado saludara una ovación tras aviso. Así se cerró el último capítulo de la Feria de San Julián de Cuenca.

LA RESEÑA


Plaza de toros de Cuenca (Castilla- La Mancha) – Corrida de toros || Quinta de la Feria de San Julián 2025

Entrada: Alrededor de dos tercios de plaza.

Se lidiaron toros de La Palmosilla y novillos de Luis Algarra Polera (3º y 6º),

  • JOSÉ MARÍA MANZANARES, ovación y oreja;
  • CAYETANO, silencio y ovación con división;
  • OLGA CASADO, ovación y ovación tras aviso;
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