El primero de la tarde apenas permitió a Juan Ortega tan sólo esbozar el toreo de capa, quedándose corto muy pronto. No fue fácil este primero de la tarde en la muleta, sin emplearse y desarrollando genio ante los intentos firmes y decididos de Juan Ortega. No pudo construir nada con semejante enemigo y fue silenciado.
Juan Ortega brilló en un quite a la verónica al cuarto, al que también toreó con elegancia a dos manos en el inicio de faena cuando el toro se le arrancó antes del brindis. El segundo que comenzó con una rodilla en tierra fue un precioso prólogo para una bella faena basada en la mano derecha, por donde consiguió los momentos más estéticos, templados y profundos con un toro que embistió con transmisión. Por el izquierdo el toro protestó más y apretaba pero Ortega le aguantó, volviendo a la derecha para redondear una faena de triunfo grande. La colocación algo desprendida de la espada dejó el premio en una oreja.
David de Miranda toreó bien a la verónica al segundo, ganando terreno y rematando de buena media. Después del segundo puyazo hubo un quite por chicuelinas muy suave de Pablo Aguado. Replicó por saltilleras David de Miranda. Comenzó la faena con muletazos por alto con una rodilla en tierra para disponerse a tragar por el lado izquierdo, por donde el toro parecía orientado. Después se impuso por el lado derecho a un toro que nunca venía metido. También le tragó al natural en una labor de mérito e importancia. Faena de las que conmocionan a una plaza por la verdad demostrada en todo
momento. Miranda se jugó la vida sin trampa ni cartón terminando con bernardinas en el límite que pusieron la plaza al rojo vivo. Se entregó en la estocada pero la espada quedó algo desprendida. Cortó una oreja.
El quinto no dejó a David de Miranda lucir de capa. En la muleta embistió con temperamento desde el principio y el diestro onubense actuó con firmeza ligando por el derecho y tragando mucho al natural. Fue difícil estructurar faena con un enemigo tan temperamental y Miranda terminó literalmente metido entre los pitones en otro arrimón. Terminó con manoletinas siendo desarmado. Mató de estocada.
El tercero se partió un pitón de salida y fue devuelto, saliendo en su lugar un sobrero burraco de gran envergadura que se comportó con mansedumbre y mal estilo. Pablo Aguado no le volvió la cara y le sacó todo el partido posible por el lado derecho a pesar de la nula entrega del toro. Anduvo con solvencia también al natural y salvó la papeleta con oficio. Saludó desde el tercio trasero matar de estocada.
Pablo Aguado toreó muy templado a la verónica al sexto, gustándose en lances ganando terreno. En este toro se despidió el picador Salvador Núñez y lo hizo con música en el último puyazo y una ovación cerrada del público de Sevilla. El toro cogió en banderillas a Sánchez Araújo, que tuvo que pasar a la enfermería. Pablo comenzó la faena con pinturería y logró dar buenos muletazos a un animal muy complejo. El sevillano solventó con firmeza y torería esta complicada prueba. Faena de importancia y peso que malogró con la espada, perdiendo un merecido triunfo.
LA RESEÑA
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla || Primera de la Feria de San Miguel
Entrada: Lleno de ‘No hay billetes’.
Se lidiaron toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (2º y 5º), -el tercero sobrero-, bien presentados y de juego variado. El mejor, el cuarto fue ovacionado en el arrastre.
- JUAN ORTEGA, silencio y oreja con fuerte petición de la segunda;
- DAVID DE MIRANDA, oreja y ovación;
- PABLO AGUADO, ovación y ovación;
Incidencias: Al finalizar el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria de María del Mar Tristán, subdirectora de la Banda de Música del Maestro Tejera.