LA CRÓNICA
Larguísima fue la tarde y pesada por aburrimiento la corrida que envió Juan Pedro Domecq a La Misericordia. Un encierro sin emoción y, como ya es costumbre, sin complicaciones para los toreros. Nada dijo la corrida ni tampoco los matadores, en una función que se hizo cuesta arriba desde el primer toro.
Talavante pasó por Zaragoza sin pena ni gloria. Echó la tarde y poco más. Se le vio desganado, ausente, paseando por la plaza sin el menor compromiso. ¿Por qué?, solo él lo sabrá. Su primero le permitió ligar algunas series, aunque siempre abusando del pico y toreando perfilero, sin cruzarse ni una sola vez. Con el cuarto, de embestida sosa y sin clase, tampoco hubo conexión: fuera de sitio, entre pitos, terminó por abreviar y marcharse a por la espada. Silencio en ambos toros.
Daniel Luque se llevó una puerta grande que nunca debió abrirse. Tuvo el de Gerena la fortuna de encontrarse con un público generoso y sensible, que tras una voltereta previa a la estocada pidió con insistencia las dos orejas. El presidente, sin pensarlo demasiado, sacó los pañuelos. Antes, solo había dejado algunos destellos por el pitón zurdo en una serie de naturales compactos, con un toro que exigía toques y que solo embestía de uno en uno. En su primero, el lucimiento llegó al final, en un arrimón tan efectista como fácil.
Tristán Barroso, que sumaba apenas una docena de paseíllos como matador, mostró buenas maneras con el capote ante su primero. Sin embargo, su labor con la muleta se diluyó, toreando al natural con más voluntad que ajuste. Aun así, tras unas bernardinas como firma a su labor y una estocada caída pero efectiva, el público le pidió una oreja que acabó concediéndose. El sexto, un toro cilíndrico de caja y sobrado de grasa, se rajó pronto. Barroso logró mantenerlo en la muleta al inicio, hasta que el animal buscó las tablas, donde lo despachó de una estocada y dos golpes de cruceta. Tarde interminable, sin emoción ni contenido, en la que el toreo pasó de largo por Zaragoza en casi tres horas de reloj.
ASÍ TE HE NARRADO EL TORO A TORO
Con dos faroles de rodillas saludó Alejandro Talavante al primero de la tarde, antes de componer varias verónicas con empaque que remató con una media de buen trazo. El toro, con la cara alta, se desentendió en los dos encuentros con el caballo, dejando entrever desde el principio su falta de fuerzas. Quitó Daniel Luque por chicuelinas más allá de los medios, con gusto. Ya con la muleta, Talavante se lo sacó con temple a los medios para iniciar una faena que transcurrió en ese terreno, toreando en redondo y logrando conectar con los tendidos, aunque abusando en ocasiones del pico de la muleta. Por el pitón izquierdo el toro se vino más a menos, reponiendo sobre las manos y sin llegar al final de los viajes, lo que restó lucimiento al conjunto. Tras varios intentos con el acero, dejó una estocada trasera que el toro escupió, precisando de un golpe de verduguillo para poner fin al capítulo. El toro fue ovacionado en el arrastre. Silencio para Talavante.
Buen recibo capotero dejó Daniel Luque a su primero, con verónicas templadas y acompasadas en las que el toro se entregó mejor por el pitón derecho, antes de cerrarlo con una larga en los medios de gran ajuste. Metió bien la cara el animal en los dos encuentros con el caballo, donde apenas se le señaló el castigo, humillando con clase en el peto. Tristán Barroso quitó desde los medios por saltilleras que avivaron los tendidos. Ya en la muleta, Luque cimentó su faena en el toreo en redondo por el pitón derecho, llevando siempre cosida la embestida gracias a un toque medido y preciso que hizo fluir la faena con limpieza y temple. Por el izquierdo, el toro se vino más a menos y acortó su recorrido, lo que llevó al sevillano a meterse entre los pitones en un arrimón final que puso en pie a la plaza. La estocada, al segundo intento, precisó de dos golpes de cruceta tras un aviso. Ovación con saludos tras aviso.
Por verónicas paró Tristán Barroso al tercero de la tarde, al que quitó por chicuelinas desde los medios con buen compás. Alejandro Talavante replicó por delantales antes de que el joven diestro brindase su faena al público maño. Comenzó Barroso con la diestra, ante un toro que tuvo nobleza pero escaso poder, costándole siempre completar los viajes. No terminó de asentarse del todo el torero, que toreó algo perfilero también al natural, dejando no obstante algunos muletazos sueltos de buen trazo que llegaron a los tendidos. El final por bernardinas puso la rúbrica a una faena que coronó con una estocada algo caída pero efectiva. Paseó una oreja.
Sin definirse en los primeros compases salió el cuarto de la tarde, que apenas se empleó en el capote de Alejandro Talavante. Tampoco mostró entrega en los dos encuentros con el del castoreño, limitándose a cumplir sin celo. Brindó el extremeño al público antes de comenzar su faena en los medios, alternando ambos pitones, pero sin llegar a cruzarse ni a colocarse en ningún momento, lo que provocó las protestas y pitos de los tendidos. Acabó por abreviar, dejando una estocada que puso fin a una labor sin historia. Silencio
Alto por delante, degollado y estrecho de culata, salió sin definirse en el capote de Daniel Luque el quinto de la tarde, siempre con muchos pies y sin entregarse. No apretó en ninguno de sus dos encuentros con el caballo, limitándose a cumplir sin celo. Brindó Luque al público antes de fajarse en una faena de esfuerzo, en la que todo tuvo que hacerlo de uno en uno ante un toro que se apagaba pronto y no permitía ligar los muletazos. Por el izquierdo llegó la serie más rotunda, en una labor larga que se prolongó hasta sonar el aviso mientras aún toreaba por poncinas. Fue arrollado antes de dejar una estocada desprendida que resultó suficiente mientras sonó el segundo aviso. Con el rostro pálido por la tremenda caída que sufrió recogió dos orejas.
Cilíndrico de hechuras, salió sin definirse en el capote de Tristán Barroso el último de la tarde, antes de tomar una primera vara sin empujar y una segunda que fue a buscar al caballo que guardaba la puerta. Mostró ya entonces su condición de manso antes de que Tristán se lo llevase a los medios, donde logró hilvanar una primera serie por el derecho a base de dejar siempre la muleta puesta en la cara. Pero pronto el toro volvió a lo que ya había apuntado desde el principio y se rajó buscando tablas. Por bernardinas rubricó su labor antes de dejar una estocada que precisó de dos golpes de cruceta. Ovación.
LA RESEÑA
Plaza de toros de ‘La Misericordia’ Zaragoza (Aragón) || Séptima de la Feria del Pilar 2025
Entrada: Tres cuartos de plaza
Se lidian toros de Juan Pedro Domecq,
- ALEJANDRO TALAVANTE (Teja y Oro) , Silencio y Silencio;
- DANIEL LUQUE (Verde y Oro) , que sustituye a Roca Rey, Ovación con saludos tras aviso y Dos orejas tras dos avisos;
- TRISTÁN BARROSO (Pizarra y Plata) , Oreja y Ovación;
Incidencias: Saludó Ángel Otero en el segundo.