Zaragoza acogió la segunda novillada con caballos del ciclo, en una tarde que, pese a la entrega de los jóvenes actuantes, no terminó de tomar vuelo. Faltó raza en los utreros y redondez en las faenas, aunque quedó el nombre de Tomás González como lo más destacado del festejo, especialmente por su templada actuación ante el tercero, donde dejó pasajes de buen trazo y mando.
Salió el segundo remiendo de Pincha, que hizo tercero para Tomás González, quien lo recibió con dos largas cambiadas de rodillas antes de torear erguido a la verónica. El novillo tomó dos puyazos firmes en el caballo, bien colocados y medidos. Tomás realizó un quite desde los medios por verónicas acompasadas, replicando Cid de María por saltilleras en su turno correspondiente. Tras brindar la faena en los medios, hincó rodilla en tierra y abrió con derechazos de gran largura que encendieron los tendidos. Tuvo la virtud de mantener siempre la muleta en la cara del novillo, llevándolo enganchado y evitando que se rajase en las series. Por el pitón izquierdo, siempre toreó largo y con hondura, mano baja y firmeza, sometiendo al utrero en una faena de alta nota para el turolense. Mató al segundo intento de una estocada contraria, pero se atascó con el descabello, y redujo su premio a una vuelta al ruedo.
A la puerta de chiqueros se fue de rodillas Tomás González para esperar al novillo de La Jotica, siendo arrollado de salida por el de Pérez-Tabernero. Se repuso el alcorisano con entereza y lo toreó con brío a la verónica, encendiendo a los tendidos. El novillo, muy por debajo de la presentación que merece una plaza como Zaragoza, fue brindado al público por el propio González. Puso voluntad y disposición el joven aragonés, pero poco pudo hacer ante un utrero que, además de no gustar desde su salida, embestía a arreones, con la cara alta y sin descolgar en ningún momento. Mató de una estocada tendida. Leves pitos al novillo en el arrastre y ovación con saludos para Tomás González.
Más veleto y con mejor presencia que su hermano, salió el segundo novillo con el hierro de Pincha, que se movió con brío en el capote de Pedro Andrés. De costado y apretando con el pitón izquierdo, empujó en el primer encuentro con el caballo de Juan Antonio Agudo; en el segundo puyazo se fue más caído y levantó casi de inmediato tras recibir el castigo. Realizó Pedro un quite por delantales desde los medios, replicando Tomás González en su turno. Saludó Eduardo Miguel montera en mano tras un buen tercer par de banderillas antes de que se scase al novillo más allá de la segunda raya para iniciar faena con la mano baja, dominando las embestidas de un utrero que siempre tuvo movilidad pero también carácter, pidiendo mando y firmeza. Pedro Andrés supo domeñar la embestida hasta la tercera serie, pero tras una serie de naturales el novillo se rajó, llevándose al torero a rematar la faena en su querencia. Mató de una estocada trasera y tendida. Ovación con saludos
Cornidelantero y más alto que sus hermanos, el quinto salió con muchos pies en el capote de Pedro Andrés, sin llegar a definirse en los primeros compases. Derribó al caballo en el primer encuentro, en el que Rafael Agudo señaló un buen puyazo. Desde los medios, Pedro Andrés quitó por verónicas acompasadas antes de iniciar una faena que estuvo condicionada por la falta de celo del utrero a mitad de los viajes. Buscó el de Vitoria siempre cruzarse al pitón contrario para provocar la embestida en un afán de voluntad antes de matar de una estocada desprendida. Ovación con saludos, y vuelta al ruedo protestada.
Con poco volumen y cuello degollado, salió el primero de la tarde, un utrero que se movió en un ir y venir constante en el capote de Cid de María, sin ofrecer oportunidad para el lucimiento. Juan Melgar colocó un primer puyazo en buen sitio, aunque el novillo perdió las manos por su escasa fuerza. En el segundo encuentro embistió con el pitón izquierdo, pero sin empuje ni celo ante el caballo. Brindó el animal a unos tendidos divididos, que protestaron por su limitado trapío. Llegó a la muleta sin fuerza y sin entrega, negándose a embestir de manera clara a las telas del novillero, que buscó provocar la acometida sin conseguir cruzarse ni dar profundidad a la faena con un novillo remiso a entregarse en la muleta . Mató al segundo intento. El toro fue pitado en el arrastre. Silencio
Fino de caja, degollado y de escaso trapío para Zaragoza, salió el cuarto, volviendo al hierro titular de Hijos de Ignacio Pérez-Tabernero, un novillo que no terminó de entregarse en el capote de Cid de María. Pedro Andrés realizó un quite desde los medios por chicuelinas con suavidad. La faena de muleta nunca logró conectar con los tendidos, en una labor en la que el torero no consiguió acoplarse ni encontrar el sitio ante un utrero que ofrecía poca colaboración y siempre pasó con la cara a media altura y sin entregarse. Mató de una estocada desprendida al segundo intento. Silencio tras aviso.
LA RESEÑA
Plaza de toros de ‘La Misericordia’ (Zaragoza) || Cuarta de la Feria del Pilar 2025
Entrada: Casi un tercio de plaza
Se lidian novillos de Ignacio Pérez-Tabernero y Pincha (2º y 3º),
- CID DE MARÍA (Azul rey y Oro), que sustituye a Mario Vilau, Silencio y Silencio tras aviso;
- PEDRO ANDRÉS (Gris plomo y Azabache), Ovación y Vuelta al ruedo tras aviso;
- TOMÁS GONZÁLEZ (Lila y Oro), que sustituye a Joselito de Córdoba, Vuelta al ruedo tras aviso y ovación con saludos;
Incidencias: Saludó Eduardo Miguel en el segundo novillo.