
Esta es la frase típica y tópica que los aficionados llevamos años teniendo que escuchar, acompañadas de otras similares como “a los toros solo van los jubilados” o “las corridas de toros están acabadas”. Y ¿saben qué? Quizás durante un tiempo alguna de esas afirmaciones pudiera ser cierta.
Es innegable que la Tauromaquia en las últimas décadas ha vivido una situación crítica y muchos aficionados mirábamos al futuro con cierto temor por lo que pudiera venir.
Pero, contrariamente a todos esos pronósticos nada halagüeños, la Tauromaquia está hoy mas viva que nunca, no hay mas que ver cómo en Sevilla, en apenas una semana (desde que se pusieron a la venta las entradas sueltas) ya son tres las tardes en las que se ha colgado el “No hay billetes
¿Cuántos años llevábamos sin ver algo así?
A partir de aquí se pueden sacar distintas teorías acerca de qué ha pasado para que la Tauromaquia vuelva a estar “de moda”, más aún entre la gente joven (recordemos aquella imagen de Morante de la Puebla llevado a hombros hasta su hotel por jóvenes)
En primer lugar, quizás haya que destacar la nueva hornada de toreros jóvenes que se nos muestran más cercanos: Roca Rey, Pablo Aguado, Juan Ortega, Daniel Luque o Borja Jiménez (estos tres últimos toreros con cierto bagaje ya, pero que han comenzado a despuntar recientemente). Con toreros como los que acabo de nombrar, se pone fin al clásico estereotipo del chico que se metía a torero para sacar adelante a su familia. Vemos que la mayoría de ellos tienen ya carreras universitarias y que, gracias a las distintas charlas o tertulias que organizan asociaciones taurinas, culturales o juveniles, el torero no es alguien cercano, con preocupaciones e inquietudes muy similares a las del resto.
Por cierto, gracias a actividades como las que acabo de mencionarles, este que les habla ha tenido la oportunidad, en poco menos de un año, de charlar personalmente con Juan Ortega, Diego Urdiales, Pablo Aguado y Borja Jiménez. Díganme si eso no ayuda a la Fiesta.
Podemos pensar también que, el hecho de que la Tauromaquia haya “resurgido” pueda deberse a un principio de acción/reacción. Es decir, cuánto más se ataca a la Tauromaquia, más gente habrá que le llame la atención y se interese por conocerla.
Y al hilo de estos ataques a la Tauromaquia, creo que hay otro motivo que puede ser el de mayor peso: la situación política por la que atraviesa nuestro país desde hace bastante. Sin entrar en discusiones políticas e ideológicas, la censura promovida por este gobierno sobre medios de comunicación, prensa y, en definitiva, sobre todo lo que se le opone, está generando un efecto contrario: desde manifestaciones ciudadanas hasta el progresivo aumento de apoyos a los partidos más “reaccionarios”.
La pregunta es ¿puede esto tener su repercusión en la Tauromaquia? En mi opinión sí, la tiene y la lleva teniendo ya unos años.
Acción/reacción, otra vez.
Si el gobierno ataca todo lo que rezume a tradición, esa tradición se defiende. Da igual que se llame Tauromaquia, el mundo de las Cofradías (que también lleva viviendo un enorme crecimiento en los últimos años) o una simple Eucaristía – es curioso ver cómo hay iglesias que han pasado de estar vacías en su misa dominical, a llenarse hasta la bandera gracias a movimientos católicos juveniles.
Todas esas tradiciones que hace 10 años estaban de capa caída, gracias a los ataques de ciertos sectores y grupos políticos, están ahora su mejor momento. Al final, hemos pasado del “los toros no interesan a nadie” a que los toros le interesen a más gente que nunca.