Allá por mayo, cuando la temporada taurina estaba aún arrancando, publiqué para este mismo medio un artículo dedicado a los que, consideré, que podían ser los novilleros más destacados de este 2024.
Mencioné a unos cuantos, Javier Zulueta, Marco Pérez, Manuel Román, Mariscal Ruiz o, ya sin caballos, Julio Méndez o Ángel Pérez. Pues bien, el propósito de este artículo, que comparte nombre con aquel primero, no es otro que el de destacar – a toro pasado – los que realmente han sido los nombres de la temporada novilleril ahora que está va tocando su fin.
Comenzando por los novilleros que ya están con picadores y, en el caso de alguno de ellos, muy cercanos a la alternativa, hay que destacar un nombre propio, el de Alejandro Chicharro: un novillero que ha demostrado realmente lo que es querer ser torero a toda costa, con percances de los que se ha sobrevenido en tiempo récord, importantísimos triunfos – a destacar su triunfo en Las Ventas el pasado 1 de mayo – y un concepto de toreo que, guste más o guste menos, es muy necesario.
De Marco Pérez y Javier Zulueta creo que hay poco que decir que ya no se haya comentado: dos estilos dos totalmente diferentes, dos carreras muy – pero que muy – distintas, pero con un denominador común, el de haber cosechado triunfos allá por donde han pasado. Me aventuraría a decir que ya se está moviendo todo lo necesario para que Zulueta tome la alternativa en Sevilla ¿quizás en San Miguel? De Marco Pérez, por desgracia, hay que seguir recalcando que lo que el aficionado quiere es verlo torear con compañeros, no en la despedida de un matador consagrado y con un rejoneador abriendo cartel.
Lo que hay que destacar del otro gran nombre que se esperaba de cara a este año, Manuel Román, por desgracia es negativo: una temporada que, quizás, no ha sido lo que el joven cordobés esperaba, junto a la presión que conlleva el verse anunciado en tantas y tantas ferias, lo han obligado a parar por un tiempo indefinido. Esperemos que sea poco, pues personalmente era de los novilleros que más interés me generaban.
De Jarocho y Mario Navas no voy a decir nada. Simplemente no se los pierdan la temporada que viene, ya como matadores de toros. Eso sí, los mejores naturales que se han visto este año en las Ventas, fueron del primero de ellos; y uno de los toreros más belmontistas que hay ahora mismo, es el segundo.
Ya entrando en los novilleros sin caballos, voy a destacar únicamente tres o cuatro nombres: Julio Norte, El Mene, Pepe Martínez y, el que es para mí la mayor y más gratificante sorpresa de la temporada, Manuel Quintana.
Como publiqué en la crónica de la segunda de las novilladas celebradas en mi pueblo el pasado septiembre, apenas conocía a Julio Norte, pero bendita sorpresa el verlo torear. Sus estadísticas lo dicen todo, 45 festejos, 98 orejas (más de dos orejas por tarde), 19 rabos, además de premios y reconocimientos entre los que hay que mencionar el otorgado por el Club Cocherito y el triunfo en el Certamen de Novilladas de Promoción de Canal Sur.
Tampoco había visto torear a El Mene hasta que comenzó el Circuito de Novilladas de Castilla y León y comenzaron a salirme sus vídeos en Twitter; los difundían aficionados de verdad, de los que entiendes, por lo que antes siquiera de verlos, ya intuía que se trataba de un novillero con buen gusto, pero no me podía hacer una idea. El que antes de ayer se alzara ganador de las Novilladas de Castilla y León tiene un gusto y un concepto toreando con el que, si no lo cambia – esperemos que no – va a llegar lejos, muy lejos. Acuérdense.
A Pepe Martínez si lo recuerdo haber visto en anteriores ediciones de las Novilladas de Canal Sur y recuerdo que me gustaba su estética: enfundado siempre en su traje de luces completamente negro, tenía un gran gusto toreando, aunque ni por esas me esperaba el tremendo salto de calidad que ha dado en tan poco tiempo. Dentro del escalafón menor, se ha convertido en uno de los grandes profetas del toreo sevillano, con una gran profundidad y un gusto exquisito en sus adornos. Prueba de ello, su triunfo en las novilladas sin caballos de la Maestranza sevillana.
Y llegamos al que ha sido, para mí, el mayor descubrimiento de la temporada, Manuel Quintana, novillero cordobés alumno de la Escuela Taurina de Jaén, ha destacado en todas y cada una de sus tardes toreando tanto con la muleta como con el capote. A la verónica, créanme los que no lo ha visto, da gusto verlo, con una manera de echar los vuelos y encajándose de una forma que ya le gustaría a más de un matador de los consagrados en esto. Pero es que ya les digo, con la muleta tampoco se queda atrás. Tenía todas las cualidades para ser finalistas del Ciclo de Novilladas de Canal Sur, y les aseguro que era uno de los novilleros que más se lo merecían, pero váyase usted a saber por qué no entro, que yo esto de puntuar las faenas de los novilleros como si fuera un examen, no lo voy a entender en la vida (14’50 puntos tenía Manuel, 16 Pepe Martínez, el sexto de los novilleros clasificados para la final).
Lo digo totalmente en serio, de cara al 2025, no descarto montar a Quintaneta y verlo en todas las plazas dónde sea posible. El que quiera unirse, a tiempo está, yo ya tengo reclutados a unos cuantos locos que se vienen conmigo.