Tarde de contrastes en La Misericordia, donde el temple veterano de Sebastián Castella, que paseó dos orejas del quinto y una del tercero, se combinó con la frescura y el buen momento de Aarón Palacio, que firmó una actuación sólida y convincente rubricada con dos trofeos. La corrida de Garcigrande y Domingo Hernández, de juego dispar y escasa entrega en conjunto, condicionó una tarde que fue creciendo al compás de la inteligencia de Castella y la determinación del torero aragonés, que volvió a dejar claro que Zaragoza tiene torero.
Con las manos por delante embistió el primero de Hermanos García Jiménez en el capote de Sebastián Castella, que se estiró a la verónica en el inicio. Sin estilo tomó el toro la primera vara y apretó algo más en el segundo encuentro, acudiendo al caballo al galope. Quitó Aarón desde los medios por chicuelinas de buen trazo que levantaron las primeras palmas en los tendidos. De rodillas por alto comenzó Castella su labor muletera para sacarse al toro más allá de la segunda raya, iniciando faena por el pitón derecho, donde el animal se entregó con ritmo y son, queriéndose comer la muleta en sus embestidas. Mantuvo siempre el burel un galope alegre, lo que permitió al francés hilvanar series ligadas que conectaron pronto con el público. Al natural corrió la mano con largura y despaciosidad antes de un arrimón final, cuando el toro, ya más aplomado, echó el cierre. Tras dos pinchazos y dos golpes de cruceta, el animal dobló. El toro fue ovacionado en el arrastre. Silencio tras aviso
Le costó al segundo, con el hierro de Domingo Hernández, definirse en los primeros compases ante el capote de Aarón Palacio, saliendo siempre suelto y sin llegar a entregarse en los vuelos del torero maño. La lidia fue desordenada, con exceso de capotazos en el tercio de varas ante un toro que rehuyó constantemente el castigo y apenas se sostuvo en pie tras dos puyazos muy medidos. Lo aguantó el presidente pese a las protestas del público, y supo Aarón templar y entender las limitaciones del astado, planteando una faena inteligente, llevándolo siempre a media altura y por arriba para evitar que se viniera abajo un toro cogido con alfileres. Logró construir una labor ligada por ambos pitones, sostenida en la suavidad y el pulso, que mantuvo el interés del público. Tras una estocada certera al toro ya rajado en los terrenos del cuatro, rubricó su actuación. Cortó una oreja tras una petición mayoritaria.
Montado por delante, fino de caja y algo escaso de culata, salió el tercero de Domingo Hernández, que no terminó de entregarse en el capote de Sebastián Castella. Cumplió en los dos puyazos, empujando con mayor celo por el pitón izquierdo. Quitó el francés por tafalleras rematadas con una larga, en un quite que tuvo empaque y decisión. Ya en la faena de muleta, Castella tiró de inteligencia y oficio para construir una labor medida, sacando muletazos a un toro que embestía siempre sobre las manos y tendía a reponer al final de los pases. Supo el de Béziers administrar los tiempos y mantener el pulso, firmando un trasteo con cabeza y temple. El cierre en las cercanías, con el toro ya aplomado, dio calor al conjunto. Una gran estocada en los medios puso fin a una faena de mérito, que le valió una oreja de rigor.
Muy amplio de cuerpo y con 645 kilos en la báscula, salió el imponente cuarto de Garcigrande, un toro voluminoso que no terminó de emplearse en el capote de Aarón Palacio. Recibió dos puyazos muy medidos, apenas justos de castigo, antes de que el torero zaragozano brindara la faena a la alcaldesa de la ciudad. De rodillas abrió labor toreando por derechazos en redondo, para continuar ya erguido por el mismo pitón en series que tuvieron mando y firmeza, ante un toro al que le faltaba empuje en los finales del muletazo. Palacio fue de menos a más, cerrando su obra paralelo a tablas, donde dejó los pasajes más templados y conectó con los tendidos maños. Una estocada entera y efectiva rubricó la faena, con la que sumó una nueva oreja a su esportón.
Con el hierro de Garcigrande salió el quinto, un toro falto de fuerza y de entrega que apenas permitió lucimiento a Sebastián Castella en el saludo capotero. Tampoco mejoró en el caballo, donde perdió las manos en ambos encuentros. Ya en la muleta, el francés hizo valer su oficio y cabeza fría, construyendo una faena de inteligencia y temple. Siempre llevó al toro muy enganchado en la franela, dejándole la muleta puesta para aprovechar las inercias y mantener la ligazón. Por el pitón izquierdo alcanzó los momentos de mayor rotundidad, toreando con profundidad y ritmo en redondo, haciendo rugir a los tendidos de Zaragoza dejando una de sus mejores faenas en esta temporada. Una estocada hasta la bola puso el broche de oro a una labor de peso que le valió las dos orejas del Garcigrande.
A portagayola, de rodillas en la puerta de chiqueros, esperó Aarón Palacio al último de la tarde, al que recibió con una portagayola limpia y varias largas de rodillas que encendieron los tendidos en un inicio vibrante, cerrado con un ramillete de chicuelinas de mucho ajuste. Con la cabeza despejada y los pies asentados, el de Biota supo entender y templar a un toro de embestida incierta, al que fue corrigiendo y llevando siempre embebido en la muleta. Mostró pulso, firmeza y colocación, cruzándose con verdad al pitón contrario para provocar las embestidas y ligar los muletazos con gusto. Faena de nota alta, rematada con un pase de las flores y ajustadas manoletinas finales. Dejó un pinchazo hondo que precisó de varios golpes de verduguillo, poniendo así la rúbrica a una actuación de entrega y torería que redujo el premio a una calurosa ovación con saludos.
LA RESEÑA
Plaza de toros de ‘La Misericordia’ Zaragoza (Aragón) || Sexta de la Feria del Pilar 2025
Entrada: Más debtres cuartos de plaza
Se lidian toros de Hermanos García Jiménez (1º y 6º), Domingo Hernández (2º y 3º) y Garcigrande (4º y 5º),
- SEBASTIÁN CASTELLA (Rosa y Oro) , Silencio tras aviso, Oreja y Dos orejas;
- AARÓN PALACIO (Blanco y Oro) , Oreja, Oreja y Ovación con saludos;
Incidencias: Los dos diestros fueron obligados a saludar una atronadora ovación tras el paseíllo. Saludaron tras parear el sexto Agustín de Espartinas y Mariano Ruíz.