Por Redacción 
Móstoles colgó el cartel de «no hay billetes» para recibir a Morante de la Puebla, quien venía de triunfar en Madrid y Salamanca. El maestro sevillano cortó una oreja a cada toro de su lote, desplegando su personalidad y torería pese a la desigual condición de sus oponentes. La faena al primero destacó por su profundidad y temple por la diestra, mientras que al cuarto lo cuajó con detalles de enorme sabor, pese a la merma del toro tras el paso por el caballo.
Tomás Rufo brilló especialmente con el segundo de la tarde, al que cuajó desde el recibo con el capote hasta una faena templada y poderosa por ambos pitones. El público vibró con su toreo en redondo y su entrega en los terrenos de cercanías. Cortó dos orejas tras un pinchazo previo a la estocada. Su segundo, más complicado y deslucido, no permitió lucimiento, aunque el de Pepino mostró actitud y oficio; fue silenciado.
La tarde alcanzó su punto álgido con Alejandro Chicharro, que firmó la faena más rotunda al sexto toro, al que saludó de rodillas y al que le cortó las dos orejas y el rabo tras una actuación entregada y de gran nivel por ambos pitones. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo. En su primero, sin embargo, la condición del astado no permitió el lucimiento. La juventud, entregada, sacó a hombros a los tres diestros en una tarde memorable.
LA RESEÑA
Plaza de toros de Móstoles (Madrid).|| Corrida de Toros
Entrada: Lleno de ‘No Hay Localidades’
Toros de Vellosino,
- Morante de la Puebla, Oreja y Oreja;
- Tomás Rufo, Dos orejas y Silencio;
- Alejandro Chicharro, Silencio y Dos orejas y rabo;
Incidencias: El sexto toro fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Rogelio Burnao