La plaza de Barbastro vivió una tarde de matices, con toros exigentes que pidieron firmeza y entrega a una terna dispuesta. Hubo variedad, emoción en los tercios de banderillas y momentos de buen toreo, destacando la oreja de Jairo Miguel en su primero, el empuje y las ganas de Imanol Sánchez, que también tocó pelo, y la experiencia de Javier Sánchez Vara, que logró sumar una oreja en su segundo. Una tarde de compromiso que mantuvo a los tendidos atentos hasta el final.
El primero de la tarde, de manos delanteras y condición rajada, apenas dio opciones a Sánchez Vara. Lo entendió el guadalajareño, que dejó siempre la muleta puesta al final de cada serie para robarle tandas ligadas y conectar con los tendidos. Mató de estocada tras la que el toro tardó en doblar. Silencio.
El segundo fue el toro que más juego dio de la tarde. Lo recibió Jairo Miguel con verónicas templadas y lo llevó a un vibrante tercio de banderillas junto a sus compañeros. Brindó al público y lo sacó a los medios para iniciar una faena por el pitón izquierdo. El toro, pegajoso en los primeros compases, fue poco a poco entrando en el ritmo que le marcó el extremeño. Por el derecho dejó las series de más limpieza, templando y ligando, y cerró su actuación con espaldinas, desplantes y manoletinas que levantaron al tendido. Mató al segundo intento y cortó una oreja, mientras que el toro fue ovacionado en el arrastre.
El tercero correspondió a Imanol Sánchez, que lo saludó con verónicas solventes para llevarlo con lidia medida a los medios. En banderillas destacó el par al violín del aragonés, muy aplaudido. Brindó a su sobrino y comenzó faena por el derecho, donde el toro se metía por dentro hasta empalarlo sin consecuencias. Lejos de amilanarse, volvió pronto a la cara y firmó lo mejor por el pitón izquierdo: naturales largos y hondos, con trazo y profundidad. Una estocada en buen sitio le aseguró la primera oreja de su lote.
El cuarto fue para Sánchez Vara, que se encontró con un toro de embestida complicada, siempre con la cara alta y un molesto tornillazo final. Variado en banderillas, se fajó luego en la muleta, bajando la mano y ligando por el derecho lo más lucido de su labor. El pitón izquierdo resultó más deslucido. Mató de estocada entera y cortó una oreja.
El quinto también tuvo nobleza y calidad. Lo recibió Jairo Miguel con una rodilla semiflexionada y lo entendió perfectamente en la muleta, sobre todo por el pitón derecho, toreando con suavidad y ligazón. El toro se rajó pronto, pero Jairo supo sujetarlo y darle la distancia precisa. La faena, cerrada con desplante, pudo tener premio mayor, pero la espada lo privó de trofeo. Ovación en el arrastre para el toro y vuelta al ruedo para el extremeño.
El sexto, último del encierro, lo saludó Imanol Sánchez con la rodilla genuflexa a la verónica. Fue un toro áspero, con viajes cortos y un final siempre con tornillazo. El zaragozano tiró de poder y firmeza para someterlo y conectar con el público, aunque marró con la espada tras pinchar antes de la estocada. El trofeo se le escapó, pero quedó reconocida su disposición con una ovación.
LA RESEÑA
Plaza de toros de Barbastro (Huesca) || Corrida de Toros
Entrada: Tres cuartos largos de plaza
Se lidiaron toros de Hermanas Azcona
- Sánchez Vara, silencio y oreja;
- Jairo Miguel, oreja y vuelta al ruedo;
- Imanol Sánchez, oreja y silencio;

