La UCO y el caso “Mario Navas”

La UCO y el caso “Mario Navas”

Ahora que están de moda las irregularidades, las oligarquías y las redes clientelares:

¿Qué condición es necesaria para triunfar en el toreo? ¿Las orejas te hacen estar en los carteles, o en cambio prevalece la sensación causada al público? ¿Está el concepto de artista devaluado actualmente frente a un artesano vendido al capital? ¿Al empresario le interesan los toros como arte o, principalmente, como fuente económica potencial? Todas ellas son preguntas que me gustaría realizar a Mario Navas, afectado por la trama taurina de los bolsines y novilladas. Recientemente, su nombre vuelve a causar revuelo debido a una nueva ausencia en un ferial. En este caso, uno de importante calado personal: Valladolid, su ciudad natal, ha decidido prescindir de la mayor promesa del toreo pucelano.

Ante esta irregularidad, las preguntas propuestas por el jurado popular adquieren sentido ante un sinsentido, y añaden una adicional: ¿Qué más tiene que hacer Mario Navas para encontrar una oportunidad? Aparentemente, no sirve alzarse como ganador en 2024 del certamen de novilladas de la plaza más importante del mundo, ni ser el triunfador del circuito de novilladas de Castilla y León en 2023. Tampoco sirve hacerse con el bolsín de Ciudad Rodrigo en 2022 ni desarrollar su concepto en las plazas más importantes del panorama, como lo son Sevilla y Bilbao, donde cortó una oreja. Todo ello lo ha llevado a tener contratadas, en la temporada 2025, un total de cero tardes. Sí, cero.

Ante esta situación, en el pueblo son todo dudas y preguntas. El aficionado duda de un sistema corrupto, donde a los empresarios se les llena la boca hablando de bolsines y circuitos como salvadores y propulsores del toreo, mientras “sus triunfadores” son despreciados en favor de carteles que vieron nuestros padres hace veinte años que hacen llenar la cartera del torerito y empresario, mediante un público esporádico, a la vez de vaciar la esperanza del aficionado.

Gracias a una entrevista en ABC, hemos podido saber que Mario había aceptado la propuesta de lidiar la de Victorino, ni más ni menos, pese a su escaso rodaje. Tras esta proposición, la empresa alegó que “no podían ponerme porque los compañeros querían que abriese plaza uno más antiguo”. No es solo Mario Navas: Borja Jiménez, reciente triunfador de Madrid, también se encuentra fuera de la feria por la incomodidad que puede causar a las figuritas. ¿Qué aliciente encontrarán los chavales que quieren ser toreros en estos circuitos? ¿Qué vale la palabra del empresario? ¿Qué valor adquiere el propio rito si defendemos ante los antitaurinos el carácter artístico de la tauromaquia y luego contratamos faenas premeditadas en detrimento de la propia lidia? Un micrófono en un solo despacho taurino sería suficiente para conocer las respuestas y desvelar el entramado de las falsas licitaciones.

Un nuevo caso de corrupción de un régimen obsoleto y arcaico, donde ganan los de siempre y pierde el pueblo.

Ánimo y fuerza, Mario.

Ánimo y fuerza, toreros.