Por Redacción 
La segunda edición de los Premios a la Excelencia de las cuadrillas de la Copa Chenel y la Liga Nacional de Novilladas volvió a situar en el centro del foco a quienes sostienen el pulso del espectáculo taurino desde el anonimato del callejón. Un reconocimiento necesario al oficio, la técnica y la entrega de banderilleros, picadores y mozos de espadas.
La gala contó con la presencia de Miguel Martín, director gerente del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid; Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia; y Rafael González Amigo, presidente de la Unión Nacional de Banderilleros y Picadores Españoles (UNPBE), que respaldaron con su asistencia una iniciativa ya consolidada.
En la Liga Nacional de Novilladas, los premios recayeron en Héctor Vicente, autor del mejor puyazo; Juan Carlos Rey, distinguido por el mejor par de banderillas; y Álvaro de Faranda, reconocido por la mejor brega del certamen.
Por su parte, la Copa Chenel dejó como galardonados a Manuel Jesús Ruiz “Espartaco”, premiado al mejor puyazo; Jesús Robledo “Tito”, por el mejor par de banderillas; e Iván García, que se alzó con el reconocimiento a la mejor brega.
La gala reservó un espacio especial para el mozo de espadas, figura clave en la estructura de cualquier cuadrilla. Luis Rodríguez Mellado recibió el “Reconocimiento profesional a la labor del mozo de espadas 2025”, como homenaje a una trayectoria marcada por la dedicación y el compromiso con el torero y la profesión.
Como colofón, se entregó por primera vez el “Reconocimiento a la excelencia profesional”, un premio destinado a valorar actuaciones decisivas en situaciones de emergencia. El galardón fue para Jesús Robledo “Tito”, cuya intervención resultó determinante tras la grave cornada sufrida por el novillero Sergio Rollón en Valdetorres de Jarama, siendo su actuación señalada por los médicos como clave para el desenlace favorable.