Mario Vilau con poco más de media docena de novilladas con picadores ha provocado una revolución en el semillero taurino de Cataluña. Se vio en Vinaroz el pasado mes de abril y ahora en el ambiente que ha generado su presentación en Ceret, uno de los focos turistas más importantes de Francia y podría decirse que la ubica plaza abierta en Cataluña. La Cataluña francesa.
«Me ilusiona que la afición catalana me vea como su representante o como el futuro taurino de esta tierra. Me enorgullece ser torero y ser torero catalán, porque es una doble lucha la del esfuerzo por salir adelante y la de la libertad culrural». De este nodo se manifestó este viernes en la presentación de los cartele de Ceret en el centro mismo de Barcelona.
«Me ilusiona presumir la de la catalanistas de la Tauromaquia y de la libertad», subrayó en un acto que reunió a aficionados que estarán el próximo día 13 de julio en su presentación en Ceret. «Es un reto bonito, una plaza muy simbólica para todos nosotros y mi compromiso personal y profesional con el toreo me impulsa a estar presente en Ceret y dar la cara», explicó.
Con media docena de novilladas, Mario Vilau ha generado expectativas. Su triunfo en la Plaza San Marcos de Aguascalientes y el de Vinaroz en abril, han situado al joven novillero catalán en boca de los aficionados. «Esto acaba de empezar y lo que me toca es demostrar que quiero ser importante en el toreo y responder a las expectativas. Soy muy responsable y no estoy aquí para pasar el reto», admitió un Matio Vilau que derrochó personalidad y cercanía con los aficionados que acudieron a la presentación.