La mansedumbre y falta de raza se llevan el protagonismo

Primero de la tarde para Alejandro Talavante. Empezaba la faena con dos tandas de naturales muy ajustados con su magnífica mano izquierda. Pasó a la derecha y la faena fue a menos, el toro no embestía de la misma manera que por el izquierdo. Toro sin emoción y bastante flojo de fuerza al que Talavante cortaba una oreja facilona.

Llegaba el turno de Juan Ortega y aunque confiaba bastante poco en los toros, con Juan es inevitable no esperar de más. Toro castigado en varas, de ahí que el resto no tuviera emoción y opción alguna.

Tercero de la tarde para Tomás Rufo. Otro toro castigado en varas quedando así más flojo todavía. Rufo puso al público en contra tras una faena un tanto pesada.

Nada le pudo hacer Talavante al cuarto de la tarde, toro inválido que desde la salida ya se pudo ver cómo iba dando saltos. Tendría que haber sido devuelto.

El ambiente en la plaza ya estaba más que insoportable. Tendidos protestando con razón, aunque no termino de estar de acuerdo con ciertos momentos en los que se protesta, otros tendidos sin saber por qué se protesta y mandando callar con insultos y los “ Viva España” de fondo sin sentido alguno. A todo eso sumarle la poca emoción de los toros.

Salió el quinto de la tarde y por si no llevábamos pocas protestas, con este toro aumentaron a la par que se sacaban pañuelos verdes. Es una vergüenza que se traigan toros así a Madrid, poco me parecieron los gritos del tendido 7 de “toros, toros”. Voltereta fea para Juan. A pesar de no haber muchas opciones, Juan intentó sacarle algo dejando algún que otro destello por la derecha.

Rufo brindaba al público y empezaba la faena de rodillas al último de la tarde. El torero fue listo llevándose el toro a tablas tras ver que se estaba empezando a rajar. Tuvo algunos muletazos bien ligados al inicio de la faena pero volvió a terminar haciéndola bastante larga.

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