Miguel Cuartero: “Mar de Nubes demuestra que en Aragón sí se pueden crear toreros”

Miguel Cuartero: “Mar de Nubes demuestra que en Aragón sí se pueden crear toreros”

Foto Portada: Maider

La Escuela Taurina CETA Mar de Nubes cumple diez años convertida en un punto de referencia para Aragón. Su director, Miguel Cuartero, vive el aniversario entre sentimientos contrapuestos: la Diputación Provincial de Zaragoza ha dejado sin sede a las escuelas taurinas, pero el Ayuntamiento de la capital les ha ofrecido un nuevo espacio bajo techo donde entrenar sin interrupciones. Cuartero se queda con lo positivo: “Soy optimista de nacimiento y prefiero quedarme con lo bueno. Estamos muy contentos de que el Ayuntamiento reconozca nuestro trabajo después de diez años fomentando la tauromaquia en Zaragoza”.

Ese nuevo local llega en un año crucial. La escuela celebra su primera gran conquista histórica: Aarón Palacio se ha convertido en matador de toros tras una etapa novilleril brillante, y lo ha hecho justo cuando el proyecto alcanza la década de vida. “Creo mucho en el destino, y el destino ha querido que Aarón sea el primer matador surgido de esta escuela en nuestro décimo aniversario, como un premio”, explica Cuartero. “Desde el principio mostró unas cualidades brutales para ser torero y una determinación fuera de lo normal. Es un orgullo caminar a su lado”.

Aarón ha encendido el espejo en el que ya se miran los más jóvenes de la escuela. Los pequeños le paran por Zaragoza, hablan con él, lo admiran, le preguntan. Para Cuartero, el referente tiene nombre y apellido, pero detrás viene una cantera real. “En Mar de Nubes hay muy buena cantera. Ahí están Miguel Remiro, Óscar Vicente, Alberto Salas, Enrique… y podría seguir. Todos sueñan con ser torero, y año a año reunimos chavales con condiciones y con una ilusión tremenda”.

Alumnos de la Escuela Taurina Mar de Nubes en un tentadero a campo abierto, bajo la atenta mirada de Miguel Cuartero

La filosofía de la escuela es profunda: no se trata solo de enseñar a torear, sino de moldear personas. Cuartero insiste: “Lo primero que intentamos transmitir es el amor por la tauromaquia, por el estudio, por el crecimiento personal. Hacemos mucho hincapié en la teoría, en talleres de desarrollo, en la ética, en los idiomas… incluso pedimos buenas notas en sus estudios. Muchos terminan toreando también en Francia, así que el francés es fundamental”.

Todo ese planteamiento formativo tiene un origen personal. Cuando Miguel quiso ser torero en su infancia y adolescencia, Zaragoza no ofrecía un camino estructurado. “Cuando yo quise ser torero tuve que irme. Aquí no había una escuela ni puertas a las que llamar”, recuerda. Por eso, cuando creó Mar de Nubes, lo hizo pensando en que nadie volviera a marcharse por obligación. Su camino pasó por la casa del maestro Luis Antonio Gaspar ‘Paulita’ en Aragón, y posteriormente por la Escuela del Juli en Madrid. De esas experiencias bebe hoy el método docente de Mar de Nubes.

El proyecto también se ha abierto con fuerza al aficionado. Mar de Nubes organiza tertulias públicas, conferencias, encuentros y entrenamientos para acercar el toreo a quienes lo aman desde el tendido. “Si queremos que el público tenga criterio, debemos ayudarles”, comenta Cuartero. “No trabajamos solo para sacar toreros, también para formar afición. Es imprescindible para que el toreo crezca”.

Miguel y los alumnos de la escuela en la finca ‘Fuente Rey’ de Fermín Bohórquez

Mantener viva una escuela taurina en Aragón exige un esfuerzo invisible. Miguel define Mar de Nubes como “una pequeña familia” donde padres, alumnos y profesores arriman el hombro sin descanso. Viajes constantes, llamadas, proyectos, búsqueda de festejos, entrenamientos… y todo con las dificultades propias de un territorio donde el festejo mayor ha disminuido respecto a tiempos pasados. “Tenemos que ir subiendo peldaños poco a poco, pero se están consiguiendo muchas cosas”, asegura. “Al aficionado le pediría paciencia, que valore el esfuerzo y que se acerque al día a día de un chaval que quiere ser torero. Van a comprender muchas cosas”.

Para él, ser director de escuela es también otra forma de realizar su sueño. “Yo soñé con ser torero y no lo conseguí. Uno nace siendo figura, y si no, la vida te coloca donde te necesitan”, confiesa. “Cuando veo a un chaval progresar, esforzarse, evolucionar… no me cambio por nadie”. Ese espíritu se contagia a alumnos cada vez más jóvenes, niños que llegan a Mar de Nubes con edades muy tempranas y ojos que brillan al coger su primer capote.

Sobre lo que viene, Miguel no duda: trabajo, ilusión y ambición. “Si me pagaran por ideas sería millonario”, bromea. El objetivo es llevar la tauromaquia a más municipios, reforzar la presencia en novilladas, seguir formando matadores de toros y normalizar la tauromaquia en Zaragoza. Para lograrlo, el apoyo administrativo es imprescindible. “Hemos resumido este proyecto en un dossier de casi trescientos folios. Estoy seguro de que iremos consiguiendo nuevos hitos y creando el centro formativo de referencia que soñamos”.

Y aunque el proyecto convive con recuerdos duros, como la agresión sufrida por cinco alumnos en 2023 solo por entrenar en la calle, Cuartero no quiere dramatizarlo: “Fue un episodio aislado. En diez años hemos entrenado en parques, plazas públicas… nunca pasó nada parecido”.

Diez años después, Mar de Nubes camina hacia adelante con la certeza de su director: en Aragón sí se puede ser torero. Y la escuela lo está demostrando. “Aarón es solo el principio”, sentencia Cuartero, orgulloso de una institución que ya forma parte del toreo en Zaragoza.

document.addEventListener('DOMContentLoaded', function() { if (window.innerWidth <= 768) { // Solo para pantallas móviles var sortableTables = document.querySelectorAll('.scporder-table tbody'); sortableTables.forEach(function(tbody) { new Sortable(tbody, { animation: 150, handle: '.scporder-handle', scroll: true, fallbackOnBody: true, swapThreshold: 0.65 }); }); } });