Por Redacción 
Ha sido un año de puesta en valor de un novillero que se ha abierto camino en 2025, poniendo sobre el tapete de su temporada todo lo que apuntó la campaña anterior. “He dado un paso adelante en mi toreo, he evolucionado mucho. Ha sido un año en el que he crecido mucho, me he sentido muy bien y además he superado contratiempos a modo de cornadas”, reconoce el diestro aragonés.
Desde su primera novillada en Vinaroz hasta su paso por la feria de El Pilar de Zaragoza, Tomás González ha ido mostrando sus cualidades, basadas en un toreo eminentemente clásico, surgido de un concepto elegante. “La tarde de Vinaroz supuso mucho porque mostré que tenia base para crecer que ha sido lo que más valoro de mi año”, recuerda antes de reflexionar: “Ha sido un año de aprender y de superación. Me vi obligado a parar dos veces por la cornada que sufrí y de la que estoy plenamente recuperado. Me vine arriba y la temporada la terminé en gran momento como demostré en Zaragoza”.
Precisamente la obra plasmada en Zaragoza ha sido uno de los puntos álgidos de su campaña, según explica Tomás González: “Zaragoza fue muy especial, cuajé una de las mejores faenas de mi temporada. También me quedó con El Burgo de Osma, Azuqueca y Yunquera de Henares, Laguna de Duero con la novillada de Prieto de la Cal o Ayllón con los novillos de Cebada Gago que tuve un triunfo importante. Son muchas tardes”.
La cocción de los novilleros, el desarrollar un concepto, una manera, un estilo. Tomás González ha dejado destellos. La tarde de El Burgo de Osma, toreando con una silla en una apertura de faena tan distinguida como distinta. El poder frente a ganaderías duras. Lo que se atisba. “Eso es lo que resume todo y lo que me ilusiona de verdad, lo que se atisba y lo que creo que puedo llegar a dar el próximo año. Me veo ya preparado y dispuesto para dar pasos hacia adelante, asumir compromisos mayores y que 2026 sea un año de consagrar mi nombre”, admite el novillero de Alcorisa.