La feria de Alcalá de Henares se despidió con una corrida de Román Sorando que desató la emoción en los tendidos por su bravura, clase y raza. Fernando Adrián firmó una tarde consagratoria al cortar un rabo tras una faena de entrega total y temple, en la que superó incluso una espeluznante voltereta que hizo vibrar a la plaza. Antes había paseado dos orejas, una por cada toro anterior, gracias a dos faenas compactas y de gran mando, construyendo así una tarde redonda que lo confirma como figura emergente.
Víctor Hernández tampoco se quedó atrás en un festejo de altos vuelos. El joven madrileño cuajó dos faenas de categoría, especialmente la realizada al cuarto, premiada con dos orejas y que le valió la vuelta al ruedo a un gran toro. Con el sexto, destacó en muletazos al natural de trazo largo y profundidad, aunque el fallo con los aceros redujo el premio a una ovación. Su actuación, cargada de quietud, elegancia y firmeza, refuerza su proyección en una temporada de constante crecimiento.
La tarde, vibrante de principio a fin, se convirtió en un auténtico acontecimiento gracias a un encierro de Sorando que ofreció emoción y nobleza, permitiendo a los toreros expresarse. Fernando Adrián salió en hombros tras escribir una página de gloria con su rabo, mientras que Víctor Hernández demostró que está llamado a grandes cosas. Alcalá cerró así su feria por todo lo alto, con el público entregado a una tarde que será recordada por su intensidad y calidad artística.
LA RESEÑA
Plaza de toros de Alcalá de Henares (Madrid) – Mano a mano || Última de la Feria Taurina
Se lidiaron toros de Román Sorando, de buena presentación en líneas generales y gran juego, con clase y transmisión en su conjunto.
- FERNANDO ADRIÁN, oreja con petición de la segunda, oreja y dos orejas y rabo;
- VÍCTOR HERNÁNDEZ, oreja, dos orejas y ovación;

