La plaza francesa de Gamarde vivió una de esas tardes que marcan el inicio de la temporada con mayúsculas. El primer paseíllo del curso en tierras galas reunió a Morenito de Aranda y David Galván, dos toreros en plenitud que conectaron desde el primer momento con una afición exigente y entregada.
La jornada tuvo su punto álgido con David Galván, protagonista absoluto del festejo. Ante el segundo toro firmó una faena de enorme calado, basada en un toreo al natural profundo, templado y ligado, que fue creciendo muletazo a muletazo hasta convertir la plaza en un clamor. Series compactas, estética depurada y una notable expresión artística que desembocaron en dos orejas y la Puerta Grande. Con el quinto, aunque dejó destellos de su concepto, un fallo en el último tercio le privó de redondear el triunfo, siendo despedido con una ovación que volvió a subrayar su idilio con el público francés.
Morenito de Aranda firmó una tarde de torero hecho y derecho, resolviendo con inteligencia dos toros de distinta condición. Al primero, de embestida reservona, lo fue metiendo en la muleta con oficio y temple, logrando una faena de firmeza que fue premiada con una oreja. Más completa aún resultó su labor al cuarto, al que recibió con una larga de rodillas antes de cuajar una actuación madura, equilibrada entre estética y emoción, cortando su segundo trofeo de la tarde.
Cerró plaza El Rafi, que mostró su versión más valiente frente a los toros más complicados del encierro. Su actitud decidida y su toreo sobrio, especialmente al natural ante el sexto, fueron reconocidos con sendas ovaciones, dejando constancia de su solvencia y compromiso en este tipo de tardes.
Gamarde respondió con ambiente y emoción a una tarde que confirmó el buen momento de Galván y Morenito, y que sirvió como magnífica carta de presentación de la temporada francesa: toreo en profundidad, conexión con los tendidos y una plaza entregada desde el primer muletazo.






