Por: Carlos Bueno

Buenos ejemplares de José González con los que sobresalieron Garibay, Polope, Cortijo y Clovis.

Una buena novillada de José González permitió a alumnos de seis escuelas de tauromaquia mostrar seis conceptos diferentes, unos más brillantes, otros menos acertados, pero todos dando motivos para seguir ilusionados con el futuro del toreo.

Entre la terna sobresalieron especialmente las actuaciones del mejicano de la escuela de Madrid Ignacio Garibay, para quien se pidió con fuerza el doble trofeo, la del valenciano Marco Polope, la del albaceteño Nicolás Cortijo y la del francés Clovis.

Una primera tanda de toreo en redondo de rodillas fue el preámbulo de una faena basada en la quietud, el asentamiento y la despaciosidad. Marco Polope muleteó con cadencia, relajo y gusto, con firmeza, ligazón y limpieza a un animal obediente al que le faltó un ápice de chispa para que todo tuviese mayor repercusión. Mató por arriba y a sus manos fue a parar la primera oreja del festejo.

Muleta baja y pase largo. Esa fue la base de la tauromaquia de Nicolás Cortijo, que presentó las telas por delante y llevó muy toreado a su oponente en una labor intensa de zapatillas asentadas, seguridad y autoridad. Se paró al final el astado y el de Albacete echó rodillas a tierra para redondear un trasteo que no tuvo rúbrica con el estoque.

Daniel Fuentes fue todo voluntad y empeño, aunque pareció acusar cierta bisoñez. Su quehacer, al que faltó quietud al principio, creció en intensidad cuando ganó confianza y llevó más toreado a su antagonista. Se demoró manejando los aceros.

El Mosti banderilleó con más voluntad que acierto para, a continuación, iniciar con un pase cambiado por la espalda una faena intermitente en la que, sin demasiado ajuste, se alternaron pasajes ligados con otros de evidente inseguridad.

La máxima de Clovis pareció ser ‘bajar la mano’, con percal y franela, arrastrando las telas por el albero. Tuvo enjundia el breve recibo capotero y mando su labor muletera, llevando largo al quinto de la tarde y enroscándose sus embestidas. Con los lógicos errores de colocación, le puso alma a cuanto hizo y conectó con los tendidos. Tuvo que descabellar tras una estocada tendida.

Tan variado como sosegado lució con el capote Ignacio Garibay, que no perdió tranquilidad y elegancia manejando la muleta, siempre presentada adelante para conducir los viajes con mando y profundidad. Toques de variedad, algún enganchón y temple exquisito se entremezclaron en un trasteo presidido por el empaque, el compromiso y la actitud que debe tener un novillero. Se la jugó en las bernardinas finales y en la estocad final, pero inexplicablemente el premio quedó en un solo apéndice.

LA RESEÑA


Plaza de toros de Valencia || 2ª de la Feria de Fallas. Novillos sin picar de José González buenos en líneas generales.

ENTRADA: Casi 2.000 espectadores

  • Marco Polope (E.T. Valencia): oreja.
  • Nicolás Cortijo (E.T. Albacete): saludos tras aviso.
  • Daniel Fuentes (E.T. Arles): ovación.
  • El Mosti (E.T. Nimes): saludos tras aviso.
  • Clovis (E.T. Beziers): oreja tras aviso.
  • Ignacio Garibay (E.T. Yiyo de Madrid): oreja con petición de la segunda.
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