Por Redacción 
La localidad de Burriana, epicentro y cuna del toro en la calle, vivió ayer una jornada especial con la visita del torero sevillano Juan Ortega, que se convirtió en el primer matador de toros en acercarse y compartir de lleno la pasión de estos festejos tan arraigados en la cultura popular.
La jornada comenzó temprano con la entrega del prestigioso Premio Gallito, que reconoce la mejor faena de la Feria de la Magdalena de Castellón 2025, galardón que este año recayó en Ortega en reconocimiento a su brillante actuación del pasado mes de marzo.
Tras recibir el premio, el diestro quiso sumergirse en las fiestas burrianenses, acompañado por Rafael Arribas, en una de las semanas más intensas y esperadas del calendario local. Vivió de cerca la emoción de los toros en la sesión vespertina y, llegada la noche, se adentró en una experiencia inédita para él: los toros embolados.
Ortega no se limitó a presenciar el festejo, sino que participó activamente en la emboladura de un astado y fue él mismo quien prendió fuego a las bolas que iluminan al toro en esta ancestral tradición. Un gesto que desató el entusiasmo de los aficionados, que abarrotaron las calles para acompañar al torero en una jornada que quedará en la memoria colectiva.
Con cercanía y sencillez, Juan Ortega atendió a todos los que se acercaron a saludarlo, compartiendo la emoción y la pasión que se respira en Burriana durante estos días únicos.
La presencia del torero sevillano supone un hito en la relación entre la tauromaquia y los festejos populares.