Tomás González ha puesto su nombre en valor con un mes de septiembre de mérito. El novillero aragonés ha logrado en las novilladas de este tramo imponer su concepto de clasicismo y lo que es más importante superar delante de los novillos el percance sufrido en Marchamalo mediado el mes de agosto, una cornada que le obligó a parar en dos ocasiones su temporada.
El novillero aragonés sumó este sábado en Azuqueca de Henares su cuarta salida a hombros tras cortar dos orejas a un encierro de El Cubo. Un triunfo que ligado a las dos orejas que cortó de una novillada de Cebada Gago en Ayllón, otras dos de un encierro de La Espuela en Mejorada del Campo y los tres apéndices que paseó en Los Navalmorales.
A estos éxitos -donde además se ha visto el buen concepto y la impronta del novillero de Alcorisa– hay que sumar las orejas cortadas en Villarrubia de Santiago donde firmó una faena importante a un novillo de Antonio Palla o la solidez mostrada en Laguna de Duero donde cortó un trofeo de un ejemplar de Prieto de la Cal o la oreja de Yunquera de Henares.
Tomás González, suma y sigue. Un año de rodaje y superación, sacando un toreo cargado de acento clásico. Por delante y antes de rematar el curso, el aragonés tiene por delante otro compromiso el 4 de octubre en Darro, Granada, además de otros compromisos pendientes de oficializarse.