Fonseca se lleva la tarde en una plaza encendida con el toreo de Silveti y Roca Rey

Fonseca se lleva la tarde en una plaza encendida con el toreo de Silveti y Roca Rey

Foto: Arjona

La tarde comenzó con Diego Silveti demostrando temple, pausa y una enorme seguridad ante un toro serio de Mimiahuapam. Tras los honores a la bandera, el mexicano impuso su personalidad desde los primeros compases, llevando al animal con suavidad, sin exigirlo en exceso y dejando detalles de toreo vertical que hicieron despertar a los tendidos. Su remate con manoletinas encendió la plaza.

La faena, breve pero muy medida por las condiciones del ejemplar, la rubricó Silveti con tres cuartos de estocada, suficientes para que la mayoría solicitara la oreja. El trofeo llegó tarde, ya con el toro arrastrado, y debió venir del destazadero, motivo que originó ciertas protestas aisladas, aunque el premio quedó en manos del torero guanajuatense.

Al cuarto, un castaño de clase y fijeza, Silveti volvió a lucir su mejor versión. Tres cambiados por la espalda abrieron una labor que tomó vuelo al compás de Caminos de Guanajuato. El diestro, elegante cuando el toro embistió largo y entregado cuando acortó, se metió entre los pitones para sostener una faena que caló de lleno en la afición, que terminó coreando su nombre. Todo quedó en nada por su fallo a espadas.

A Roca Rey le embistió con calidad su primero. El peruano lo recibió con una capa variada y brindó al público antes de arrodillarse para ligar un par de cambiados por la espalda. Después, ya en pie, dibujó muletazos templados, cuidando la nobleza del toro y exprimiendo cada embestida en series por ambos pitones que pusieron la plaza en pie. Hubo petición de indulto para “Sayri”, pero Andrés decidió entrar a matar. Dos pinchazos y media estocada redujeron un triunfo que estaba cantado a una salida al tercio entre gritos de “¡torero!”.

El quinto, sin opciones, no permitió que el peruano pudiera mostrar su mejor repertorio pese a su evidente disposición.

Isaac Fonseca dejó buenas sensaciones en su primero, un toro noble pero de corto recorrido. El joven torero exprimió cuanto pudo la embestida y dejó muletazos de calidad. Mató de estocada entera, ligeramente caída, lo que le valió una oreja muy solicitada por el público.

La apoteosis llegó con el sexto, un toro bravo y con clase. Fonseca, entregado desde el primer momento, firmó una faena vibrante, variada y con hondura, sostenida por un ambiente que no decayó en toda la tarde. La estocada, de ejecución impecable, le abrió de par en par la puerta grande con dos orejas, proclamándose triunfador del festejo.

document.addEventListener('DOMContentLoaded', function() { if (window.innerWidth <= 768) { // Solo para pantallas móviles var sortableTables = document.querySelectorAll('.scporder-table tbody'); sortableTables.forEach(function(tbody) { new Sortable(tbody, { animation: 150, handle: '.scporder-handle', scroll: true, fallbackOnBody: true, swapThreshold: 0.65 }); }); } });