Se acaba la temporada taurina de las Ventas por suerte o por desgracia

Se acaba la temporada taurina de las Ventas por suerte o por desgracia. Me da pena lo que voy a decir pero cada vez me da más “pereza” una tarde de toros en Madrid.
Madrid siempre ha sido la afición más exigente y con más rigor, la plaza número uno del mundo y donde se ha visto el toro de verdad. Esto parece que ya no es así, en tardes de feria la plaza se llena de un ambiente insoportable. Es muy necesario el público y atraer a gente joven pero el público que tiene interés por los toros y no el que va solo por la fiesta de después o solo por el ambiente.

La fiesta de los toros siempre ha sido un escenario de emoción, exigencia y polémica. Hay gente que va a la plaza y se extraña e incluso llega a insultar gritando de un tendido a otro, cuando los aficionados que con todo su derecho, protestan o exigen que lo que hay en el ruedo cumpla con la normativa y los valores del toreo.

Se ha perdido la exigencia y el desconocimiento hacia el toro. Ha bajado el trapío y el remate de los toros, lidiándose toros inválidos sin ser protestados y toros que por su condición no presentan ningún motivo para ser devueltos, como es el caso de los mansos, se protestan.

Otra cosa a comentar es la poca transparencia en los corrales de las Ventas tanto por parte de la empresa como por el equipo de veterinarios. Pocas explicaciones y cambios tarde y mal hechos, remendando corridas con las sobras de las ganaderías. No se nos puede olvidar que el toro es el eje de la fiesta y que sin toro nada tiene sentido.


Hace dos años aproximadamente me aboné a las ventas con una ilusión inmensa, me moría de ganas de que empezara la temporada taurina para ir con mis amigos, también abonados, a disfrutar de una tarde de toros. A día de hoy no me he llegado a replantear no renovar mi abono porque me gusta demasiado este mundo, pero sí que he perdido ilusión y si sigo yendo a la plaza es por poder disfrutar ese ratito con mis amigos porque esto ya no es lo que era antes. No me gusta ir a la plaza y tener que estar más pendiente de que no me caiga un cubata encima de los que están haciendo botellón detrás, que de disfrutar de la faena.

Por favor respeten a los aficionados y sobre todo respeten al toro y al torero.

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