CHIRIGOTA LOS BIPOLARES (2023)

Cádiz, qué bonita eres con tu p*** m***. Los más carnavaleros sabrán ya por dónde van los tiros; para los que no lo sean demasiado, sólo les diré que ese fue el nombre de una de las chirigotas que más fuerte pegó en el Concurso gaditano del pasado año. Y claro, si modificamos levemente el título de aquella agrupación y cambiamos Cádiz por Granada, también tenemos el mejor resumen posible de toda la feria del Corpus de este 2024.

Me recomendaba ayer un amigo que no me encelara demasiado relatando todo lo que fue ocurriendo a lo largo de la mañana ayer en las oficinas de la Plaza de Toros de Granada, pero me es imposible no hacerlo. Primero, porque me duele mi ciudad y mi plaza, y segundo, porque lo que se vivió ayer fue uno de los mayores bochornos que, creo – y espero – pueda ver cualquier taurino.

Un parte médico que, supuestamente, llegó a la empresa a las dos de la mañana del sábado, una empresa que no lo hizo oficial hasta más de doce horas después, cuando ya lo había anunciado hasta el que vende las entradas de reventa, la cuadrilla de Perera en el sorteo desde las once, los empleados de la taquilla, a las una y media de la tarde, diciendo que no se podían devolver las entradas, que lo de la sustitución era un rumor… Y con eso y con todo, acaba el paseíllo, y ni una crítica, ni un abucheo, ni ná de ná. Granada, que bonita eres con tu p… madre. No puedo decir otra cosa.

Pero bueno, hablaré de la tarde, porque como siga hablando del espectáculo de por la mañana, no acabo. Y para hablar de la tarde, qué mejor por empezar por el final.

Salió el sexto de la tarde con un ambiente algo enrarecido, la corrida gustaba, pero no terminaba de romper, y lo mejor cuando eso pasa, está visto que es el toreo de Juan Ortega. Dejó un recibo de capote a la verónica de los que van a ver en redes sociales cada dos semanas, porque aquello no fue normal. Barbaridad, no creo que haya una palabra mejor para definirlo. Y encima, quita por chicuelinas, de esas que pega él, templaítas, como si estuviera toreando de salón y no delante de un bicho de 460 kilos. Toda la cuadrilla del trianero, cumbre: ovacionados los picadores, pues se picó magníficamente bien al toro, y los banderilleros, tres cuartas de lo mismo. No había ni cogido Juan la muleta para irse a brindar a los medios, y ya había runrún de triunfo, y no falló el presentimiento. Inició la faena toreando genuflexo, con una plaza loca viéndolo torear así de despacio, y cuando empezó a dar series por el derecho, ya estábamos todos afónicos. Buscaba las tablas el toro siempre que podía, y Juan no le quitaba la muleta de la cara para evitarse que se fuera, así durante toda la faena. Hubo un trinchera que… en fin, no sé ni como definirla. Estoconazo fulminante, 14 segundos tardó en doblar el toro, y sin entender muy bien el por qué, sólo se pidió la primera oreja.

Pero es que la tarde de Juan Ortega en Granada no había comenzado mal tampoco, con el tercero se dejó ver también toreando a la verónica y quitando por delantales ante un toro que pedía el carnet de identidad y que no se lo puso nada fácil al trianero. Ya en la muleta, después de dejar otro tremendo inicio de faena, después de aguantarle al toro lo que no estaba en los escritos, pegó Juan un arrimón de esos que, si los pegan otros, se pone la plaza boca abajo, pero haciéndolo con arte; sin dejar de adornarse, pero exponiendo una barbaridad. Cayó la estocada algo caída, cobrándose así Juan la primera oreja de su triunfal tarde.

Al hablar sobre Perera, seguramente muchos me quieran dar palos hasta en la foto del DNI, pero lo único que puedo decir, es que estuvo francamente bien ante un lote que no era fácil. Al cuarto de la tarde le realizó una faena de esas que le gustan a él, dándole distancias al toro, exprimiéndolo al máximo por el derecho y haciendo lo propio con el izquierdo poco tiempo después. Dejó series que fueron una auténtica barbaridad, arrimándose al toro cual novillero que no quiere desaprovechar una oportunidad. Si alguien se pensó que el extremeño venía a Granada para resolverle la papeleta a empresa y no iba a hacer gran cosa, con la faena al cuarto se tragó sus palabras. Dejó un pinchazo hondo y una estocada entera, se pidieron las dos orejas con una fuerza abrumadora, pero ayer tocaba ser exigentes, que estaba la radio y el politiqueo, así que una orejita y para casa, gracias por participar. Sobre este cambio de criterio presidencial de un día para otro, sólo diré que el Fandi ha cortado este Corpus la friolera de cinco orejas después de haber pinchado a todos sus toros. La bronca al palco debió escucharse hasta en el Ferial.

Fue algo más flojita la faena al abreplaza, con el que no se pudo lucir demasiado Perera con el capote – desde 2010 llevaba sin venir a Granada – y al que, durante la lidia, no se le hicieron las cosas demasiado bien. Dejó Perera, eso sí, un magnífico quite por chicuelinas y tafalleras, y de ahí, directo a los medios, brindis al público y de rodillas. Dejó varias series de altura por el derecho, pero se apagó pronto el toro; predisposición máxima del torero ante un toro que dijo muy poco de mediados de faena en adelante. Pinchazo y estocada, oreja.

Rayó un grandísimo nivel también Talavante, aunque claro… Grandísimo nivel comparado con el de estos últimos dos o tres años, si lo comparamos con Talavante anterior a su retirada, la cosa cambia. En los primeros tercios de la lidia al quinto, lo pasó realmente mal la cuadrilla del extremeño, principalmente en banderillas. El toro era bueno, muy bueno, y cada vez iba a más; las primeras tandas fueron sensacionales, y el final por bajo, ni les cuento. Habría cortado las dos orejas si hubiera matado a la primera, o si hubiera toreado otro día, pero ya les he contado que ayer tocaba arreglar todas las pifias que ha cometido el palco este año, que no han sido pocas precisamente.

Y con el segundo de la tarde vimos al Talavante de estos años, al que no nos gusta y hasta nos aburre, dejó un farol precioso recibiendo al primero de su lote, pero ya está. El toro fue malo, el torero estuvo peor, la faena fue una serie insustancial de muletazos dados por dar. Tres pinchazos y pinchazo hondo, pitado el toro en el arrastre y ovacionado Talavante, después de haberse pasado el público toda la faena pitando. Lo que les decía: Granada, que bonita eres, con tu p… madre