Comenzaremos destacando que tanto el rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza como los matadores de toros Paco Ureña y Jorge Navalón estuvieron a gran altura en una tarde marcada por la emoción, el compromiso y una corrida de toros —sobre todo los lidiados a pie— muy por encima de sus oponentes.
El maestro Ureña sufrió una dramática cogida con el capote en su segundo, de la que salió milagrosamente ileso, dejando el corazón en un puño a los tendidos.
Por su parte, Navalón firmó una actuación de entrega absoluta. El joven espada se jugó la vida durante toda la tarde, demostrando firmeza, valor y una calidad que apuntan a un torero llamado a grandes cosas. En el último toro, la presidencia le negó una oreja que, por justicia, merecía. Se notó que aún no es una figura consagrada, porque de serlo, “otro gallo hubiera cantado”. Señor presidente, así no…
El joven rejoneador Hermoso de Mendoza volvió a enamorar al público con su elegancia y precisión. De tal palo, tal astilla: torea a caballo como los ángeles, siempre clavando en los altos y con un temple que recuerda lo mejor de su estirpe.
LA RESEÑA
Plaza de toros de Vera (Almería) || Corrida de toros en honor a la Virgen de las Angustias
Toros de Fermín Bohórquez (1º y 4º) y La Palmosilla (2º, 3º, 5º y 6º), correctamente presentados para una plaza de tercera categoría
- Rejones bueno y noble pero algo parado para el caballo.
- De lidia ordinaria un toro muy mirón y con mucho que torear y con teclas.
- De lidia ordinaria se queda cortito con problemas y sabiendo por momentos.
- Rejones parado y con poca transmisión.
- Complicado sin humillar pero con buen fondo.
- Otro toro complicado y soltado la cara.
- Guillermo Hermoso de Mendoza, oreja y dos orejas
- Paco Ureña, oreja y oreja con petición de la segunda
- Samuel Navalón, oreja y ovación