Borja Jiménez continúa donde lo dejó con los victorinos

‘Buscanoches’, de la mano de Paco Ramos, arrancó los primeros silbidos tras segundo en el ruedo. La poca arrancada del primer victorino desataba el murmullo en los tendidos. Tras el paso por las varas y las banderillas, el toro no cambió sus formas. Paco Ramos lo tuvo echar con la muleta hacia fuera. Le buscó las costuras constantemente. El torero sólo le pudo enlazar un par de series de naturales y trincherazos, sin opción a más. Necesitó de tres oportunidades de descabellos para tumbar al animal. Silencio tras aviso y pequeños abucheos al toro.

En la misma línea salió el segundo. Cinco minutos duró en el ruedo después de que el presidente sacara el pañuelo verde. Fue el turno del sobrero, de la ganadería de Valdefresno. Otro ritmo impuso ‘Manzano’. Borja Jiménez lo recibió por chicuelinas en los centros, llegando al caballo metiendo los pitones muy abajo. Otra sintonía tuvo el sevillano con el sobrero, que le permitía encadenar trincheras mirando a los tendidos y manoletinas por detrás, incluso dando naturales rodilla en tierra. Estoque tendido y trasero, pero con una oreja de premio. Ovación al toro en el arrastre

Algo más activo estuvo el tercero de Victorino. Por verónicas y revoleras lo recogió el torero local ante el buen tercio de quites de Borja Jiménez. Pero era el momento de Paco Ramos, que sin hacer un toreo espléndido desató los olés de los tendidos. Iba transcurriendo la faena y las fuerzas del toro flaqueaban, quedándose a medio muletazo. No dejó bien la espada y descabelló. Silencio tras aviso y ligera ovación al toro.

El cuarto fue de Borja Jiménez, que se fue hasta la puerta de toriles para brindarle la faena a Vicente Ruiz ‘El Soro’, presente en la plaza, al que este le respondió con unos compases de trompeta. El sevillano se tenía que cruzar constantemente al animal para que este le embistiera, muy manso. No pudo realizar lances de gran valor. Estoqueó muy alto, suficiente para la caída inmediata del toro. Silencio y silbidos al toro.

Buenas hechuras de ‘Veracruzano’, el quinto de la tarde aplaudido por la grada a su salida. El castellonense pasó la faena de muleta por naturales, teniendo que abrir el compás porque el animal se le metía por dentro. Cogió la espada y tras realizar varias series de derechazos y pases de pecho. Pudo entrar el estoque tras varios pinchazos y se marchó de vacío de su plaza. Silencio y división de opiniones al arrastre del toro.

Borja Jiménez lo quería volver a conseguir con su ganadería fetiche. Recibió al último de la tarde de rodillas y junto a tablas para enlazarle una revolera y una chicuelina con el capote. El diestro sevillano le sacó jugo al duro victorino. Aunque el animal no humillaba lo bastante supo llevárselo a sus terrenos a base de derechazos. Medio estoconazo dentro y el toro que se fue hasta los centros para morir en tablas. Oreja