Guillermo Hermoso de Mendoza y Sergio Pérez de Gregorio cierran Burgos por la puerta grande

Buen ambiente en la última corrida del abono burgalés que cerraba con el cartel de rejones una feria exitosa en cuanto a asistencia de público y también en cuanto al nivel artístico con varios toreros saliendo por la puerta grande.

Esta tarde no fue la excepción y hubo mucho público y dos puertas grandes, las de generación más joven del cartel.

Pablo Hermoso de Mendoza se fue a pie a pesar de haber realizado la mejor faena de la tarde, que precisamente fue la única que se quedó sin premio. Una labor templada, de mucha calidad, toreando muy espacio con TALENTO al que podemos decir fue el único toro de la tarde que se dejo hacer algo. Pablo lo aprovechó, pero lo pinchó y tuvo que escuchar el silencio del respetable.

El resto de la corrida, con orejas para todos, fue de toros infumables para los caballeros, aunque podemos decir que para la gente, como se movieron, resultaron entretenidos. Lo cierto es que todos se rajaron, se fueron a tablas y allí esperaban para lanzar unas embestidas rabiosas y bruscas. Los Hermoso de Mendoza bastante tenían con dejar los palos y salir limpios de los embroques y aun así, ponían alguna pincelada como galopes de costado, quiebros o piruetas.

Al final puerta grande para Guillermo en una tarde de ponerse el mono de trabajo, más que la brillantina del lucimiento.

Sergio Pérez de Gregorio  dejó muestras de su gran concepto y certificó ser uno de los rejoneadores de más futuro del escalafón. Una faena vibrante con otro buen toro de Luis Albarrán, con el que dejó pasajes de gran categoría. Cortó una oreja. Mismas sensaciones que dejó en el sexto, con el que volvió a dejar constancia de su gran concepto hasta cortar una oreja que le abrió la Puerta Grande.