Cristiano Torres primer nombre propio en Calí, que sale a hombros con Luis Miguel Ramírez

El novillero zaragozano Cristiano Torres se llevo un total de tres orejas en la tarde de ayer en Calí, después de que destacara el mando y poder para torear al tercero de la tarde, en un comienzo de faena de hinojos desde los medios en el que conectó con el público caleño. Tras una voltereta al natural, el utrero desarrolló sentido, y Torres respondió pisando los terrenos de cercanías antes de dejar una buena estocada que le llevó a pasear las dos orejas.

En el sexto de la tarde se fue a recibirlo a la puerta de chiqueros, fue este el de mayor expresión del envío de Juan Bernardo Caicedo. Con poso y asiento toreó el novillero maño dejando los mejores muletazos hacia los adentros por su condición. Cuando el utrero se vino a menos, Cristiano acortó distancias antes de dejar una gran estocada que le llevó a cortar una oreja con petición de la segunda.

De pelo jabonero fue el segundo, al que recibió Luis Miguel Ramírez de rodillas en el tercio y con un ramillete de verónicas, rematadas de una templada media. Siempre andubo buscando la rectitud en la figura con una embestida desigual. Aprovechó el novillero las inercias, destacando en el toreo sobre la diestra. Dejó una estocada al primer encuentro y paseó una oreja.

De nuevo otra oreja paseó Luis Miguel Ramírez del quinto, supo el novillero llevarlo a media altura al utrero en las primeras series, después de comenzar la faena de rodillas, para ganar en dimensión en las siguientes, más de mano baja. Confirmó su buen concepto en una destacada tarde. Refrendó con una buena estocada.

El cuarto fue un novillo pronto y alegre que humilló a pasar de salir sin celo al final de los muletazos. Anderson Sánchez toreó siempre con la mano baja buscando el trazo largo para encontrar la ligazón , y fajó una buena faena que se quedó mermada al atascarse con el verduguillo (escuchó dos avisos). El novillo fue ovacionado en el arrastre.

Con una larga cambiada de rodillas recibió al primer novillo de la tarde Anderson Sánchez, un animal que embisitió sin celo , con arreones y viajes por los adentros. Tuvo un comportamiento complejo al que el colombiano le hizo frente con actitud y buscando siempre el pitón contrario. Tuvo una brutal voltereta, y se repuso dejando una serie por la diestra. Dejó una estocada que hizo guarda y un pinchazo hondo. Escuchó silencio.

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