Una soleada tarde en Teruel fue el escenario perfecto para una emocionante corrida de rejones. Con más de media plaza llena, los aficionados disfrutaron de las faenas de Sergio Galán, Roberto Armendáriz y Sebastián Fernández, quienes se enfrentaron a toros de José Antonio Alonso. La combinación de valentía, destreza y arte de los rejoneadores hizo vibrar a los espectadores en cada lidia.
Esta tarde, el sol brilla intensamente sobre Teruel, iluminando una plaza que, con más de media entrada, se llenó de aficionados deseosos de disfrutar de una emocionante tarde de rejones. La expectación es alta, y la cartelera promete un espectáculo de alto nivel con los rejoneadores Sergio Galán, Roberto Armendáriz (quien reemplazaba a Moura Caetano) y Sebastián Fernández, enfrentándose a toros de la ganadería de José Antonio Alonso.
Esta tarde soleada en Teruel comenzó con «Pintorito», de José Antonio Alonso, enfrentándose a Sergio Galán. Inicialmente manso, el toro fue templado por Galán y respondió bien a los dos rejones de castigo. En el tercio de banderillas, Galán destacó colocando las banderillas al quiebro y al estribo, arrancando ovaciones del público.
El momento cumbre llegó con la petición de la rosa, que el presidente concedió, y culminó con el famoso «teléfono». Sergio Galán logró transformar la mansedumbre inicial de «Pintorito» en una actuación memorable, dejando al público entusiasmado y expectante para el resto de la tarde. Rejonazo en todo lo alto. El toro cae. Fuerte petición pero el presidente no le concede la oreja. Ovación
La tarde continuó en Teruel con «Cucharito», de la ganadería de José Antonio Alonso, en manos de Roberto Armendáriz. A dos días de torear en Pamplona, Armendáriz mostró su destreza y valentía. Desde el principio, el toro dio buen juego, y Armendáriz lo recibió con un rejón de castigo. El animal respondió con energía, permitiendo a Armendáriz lucirse en la lidia. Colocó banderillas por ambos pitones, manejando al toro con precisión y arte.
El momento más destacado fue cuando solicitó y colocó las banderillas cortas, demostrando un lujo de ejecución que arrancó aplausos del público. La faena culminó con un rejón de muerte, aunque algo caído, sellando una actuación memorable de Armendáriz, que dejó al público ansioso por verlo en su próxima cita en Pamplona. Silencio
La tarde de rejones en Teruel prosiguió con «Domadorito», un toro de 438 kg de la ganadería de José Antonio Alonso, en manos de Sebastián Fernández. Desde el inicio, Fernández se lució recibiendo al toro con la garrocha en la puerta gayola, arrancando una ovación unánime del público. Tras un rejón de castigo, el toro mostró su bravura, lo que permitió a Fernández desplegar una lidia espectacular. En el tercio de banderillas, Fernández ejecutó suertes muy ajustadas, con algunos momentos de gran tensión cuando el toro llegó a rozar al caballo. Sin embargo, cada banderilla fue puesta con maestría, manteniendo al público al borde de sus asientos.
Fernández solicitó y colocó las banderillas cortas, rematando una faena precisa y valiente. Su toreo ajustado a caballo fue un verdadero deleite para los aficionados, consolidando su actuación como una de las más destacadas de la tarde. Pero la espada le priva de triunfo y tras descabellar varias veces. Palmas
El cuarto toro de la tarde, «Pucherito», también de la ganadería de José Antonio Alonso, salió al ruedo para enfrentarse a Sergio Galán, quien no quería marcharse sin triunfar en Teruel. El toro, un tanto manso al inicio, fue recibido con un rejón de castigo que despertó su bravura, siguiendo la tendencia de los animales de esta tarde. Galán volvió a cautivar al público con su destreza en el tercio de banderillas. En un despliegue de maestría y valentía, se puso las riendas en la cintura y, a dos manos, colocó las banderillas mientras la música sonaba, creando un ambiente electrizante en la plaza.
Sin embargo, el rejón de muerte, crucial para consolidar su triunfo, no fue del todo efectivo, privándole del éxito rotundo que buscaba. A pesar de este contratiempo, su actuación quedó grabada en la memoria de los aficionados como una muestra de toreo valiente y artístico. Ovación
El quinto toro de la tarde, otro «Pucherito» de 437 kg, fue recibido por Roberto Armendáriz. Desde el primer momento, Armendáriz mostró su clase con un rejón de castigo bien colocado en todo lo alto. El toro, noble y colaborador, permitió a Armendáriz lucirse en cada suerte. En el tercio de banderillas, Armendáriz citó al toro desde lejos, acercándose con elegancia y disfrutando de la lidia. Colocó las banderillas con precisión y arte, cada una en lo alto, lo que provocó el entusiasmo del público. Le quitó la cabezada a y clavo un par de banderillas muy ajustadas para el caballo
La música comenzó a sonar y las palmas acompañaron la brillante actuación de Armendáriz, quien logró conectar con el respetable y dejó una impresión duradera con su toreo elegante y efectivo. Con el rejón a la segunda cae. Vuelta al ruedo
La tarde de rejones en Teruel culminó con «Razonante», un toro de 443 kg de la ganadería de José Antonio Alonso, enfrentado por Sebastián Fernández. Determinado a triunfar, Fernández no decepcionó. Sebastián Fernández inició su actuación con un rejón de castigo en todo lo alto, mostrando su intención de brillar. En el tercio de banderillas, Fernández se lució por ambos pitones y se adornó con movimientos circulares cerca de la cara del toro, enloqueciendo a la plaza.
El clímax llegó cuando, tras adornarse, colocó una banderilla a violín, arrancando una ovación aún mayor del público. Pidió las banderillas cortas y tras varias vueltas al animal, las clava seguidas una detrás de otra. El respetable se pone de pie aplaudiendo al rejoneador. El rejón de muerte y el descabello le priva de cortar las dos orejas al toro. Ovación
La Reseña
Plaza de toros de Teruel (Aragón) || Feria del Ángel
Toros de José Antonio Alonso
Sergio Galán, silencio y silencio;
Roberto Armendáriz, silencio y vuelta al ruedo;
Sebastián Fernández, palmas y ovación