En una temporada marcada por la repetición de carteles y la falta de riesgo, la Feria del Ángel de Teruel 2025 levanta la mano con una propuesta valiente, equilibrada y con identidad propia. Una feria que no busca copiar modelos ajenos, sino reafirmar su sitio con personalidad, apostando por los jóvenes, recuperando fórmulas que parecían olvidadas y ofreciendo combinaciones que no se verán en ninguna otra plaza.
Uno de los grandes aciertos del ciclo turolense es su decidida apuesta por los valores emergentes de la tierra. En un abono donde las figuras tienen su lugar, sorprende y se agradece el hueco reservado para nombres que representan el futuro inmediato del toreo aragonés. Es el caso del novillero Tomás González, de Alcorisa, anunciado en la novillada con picadores del 5 de julio, y del joven David Sejas, de la Escuela Taurina de Huesca, que toreará sin caballos el día 7. Teruel no se olvida de los suyos, y lo hace en el marco de una feria de máxima visibilidad.
La novillada sin picadores, además, adquiere un tono formativo y de oportunidad real. No se trata de un mero trámite, sino de una tarde con nombres variados, hierros con garantías y una intención clara de mirar al mañana.
En el otro extremo, el ciclo también recupera el espíritu torista, tan necesario como escaso en muchas plazas. La corrida de Murteira Grave del 11 de julio es una declaración de intenciones. No solo por el hierro, de los más respetados del campo bravo portugués, sino por el cartel: Antonio Ferrera, El Fandi y Sánchez Vara, tres matadores banderilleros que devuelven a Teruel una fórmula clásica que llevaba años sin pisar su ruedo. Una apuesta que rompe inercias.
El punto álgido para el gran público llegará el domingo 6 de julio, con una terna que no necesita adjetivos: Fernando Adrián, Borja Jiménez y Roca Rey, ante toros de Luis Algarra. Una combinación de máximo nivel, que no se repetirá en toda la temporada española, y que convierte a Teruel en centro de atención por eset día.
La corrida de rejones del 10 de julio tampoco se queda atrás. Con Andy Cartagena, Andrés Romero y Sebastián Fernández, el cartel busca la espectacularidad, el temple y el equilibrio generacional, en un festejo que va más allá del relleno típico en algunas ferias.
El cierre, el sábado 12, será otro de los momentos a tener en cuenta. La mítica divisa de Palha servirá para una terna cargada de significado: Javier Castaño, que debutará en Teruel en el año de su despedida, Emilio Serna, en plena eclosión tras su triunfo en Perú, y Gómez del Pilar, que llega en plena madurez tras su paso firme por San Isidro. Una tarde con aroma a autenticidad.
Teruel, en definitiva, ha construido una feria distinta. Donde otros repiten, aquí se elige. Donde muchos renuncian, esta plaza propone. Una feria de matices, con coherencia, con riesgo y con memoria. En un calendario saturado de tardes sin alma, la Feria del Ángel vuelve a sonar como una cita con argumentos.