El Congreso de la Ciudad de México ha aprobado, con nueve votos a favor y cero en contra, un dictamen que permite la realización de corridas de toros sin sangre ni violencia en la capital del país. Esta decisión, que ha sido criticada por el mundo taurino, establece una serie de restricciones que, desvirtúan por completo la esencia de la tauromaquia.
Medidas aprobadas
- Protección del animal: Se debe garantizar la integridad física del toro o novillo durante el festejo.
- Prohibición de objetos punzantes: No se podrán usar puyas, banderillas, estoques, descabellos ni puntillas, elementos fundamentales de la lidia. Solo se permitirá el uso del capote y la muleta.
- Protección de los cuernos: Los cuernos del toro o novillo deberán ir protegidos para evitar lesiones a otros animales o personas.
- Retorno a la ganadería: Al finalizar el festejo, el astado deberá regresar a su ganadería de origen.
Sanciones por incumplimiento
El no cumplimiento de estas medidas conllevará sanciones y multas que oscilarán entre 2000 y 3000 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) vigente por cada animal lesionado o muerto.
Próximos pasos
El dictamen será discutido nuevamente el próximo martes en el pleno del Congreso de la Ciudad de México, donde se espera que se ratifique la decisión. Sin embargo, el sector taurino ha manifestado su rechazo a esta medida, argumentando que elimina la esencia de la corrida de toros y representa una amenaza para la continuidad de esta tradición cultural.
Reacciones del mundo taurino
Las asociaciones taurinas, ganaderos, toreros y aficionados han expresado su preocupación y frustración ante esta decisión. Consideran que estas restricciones transforman las corridas de toros en un espectáculo ajeno a su verdadera naturaleza, lo que podría llevar a su desaparición a largo plazo.
Llamado al diálogo
El sector taurino ha reiterado su disposición para dialogar con las autoridades y encontrar alternativas que permitan la continuidad de la tauromaquia sin menoscabar su esencia. “Cualquier reforma debe ser producto del consenso entre todos los actores involucrados”, afirmaron.
Esta decisión del Congreso de la Ciudad de México marca un punto de inflexión en la historia de la tauromaquia en el país, generando un debate intenso sobre el futuro de una tradición que ha sido parte de la cultura mexicana durante siglos