Por Redacción 
Desde un primer momento se vivió un ambiente tenso en la plaza debido al descontento con los toros. El público recibía al primero de la tarde a gritos de “plaza 1 división” y justamente el día de antes, se pudo ver entre los tendido una pancarta que decía: Sube el precio, baja el toro”. Conforme iba avanzando la tarde el descontento aumentaba y es que por tardes como las de ayer y sin quitar mérito a ningún torero, los aficionados se preguntan dónde ha quedado el rigor, la seriedad y la exigencia de la primera plaza del mundo.
La segunda cita de la feria de San Isidro celebrada este jueves comenzaba con una ovación a Emilio de Justo, por parte de la afición , tras su regreso a Madrid después del grave percance que sufrió en esta misma plaza hace un año.
Buen inicio de muleteo por abajo con el quinto de la tarde por parte de Emilio, en el que tuvo series de derechazos rotundos. Realizó una faena buena con un toro aún mejor y aunque la estocada no estuvo del todo en su sitio, cortó dos orejas, seguida de una vuelta al ruedo del animal no pedida.
La polémica de la tarde surgía aquí, con una puerta grande muy protestada.
Rufo iniciaba la faena con el tercero de la tarde de rodillas, en la que pegó naturales templados a un aceptable toro de Garcigrande y la terminaba dejando una buena estocada cortando una oreja.
El que no tuvo tanta suerte fue Morante, ya que tuvo un lote sin opciones.